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Atentos al mercado

Por Oscar Cubillos Pedraza - 30 de Julio 2019

Entre febrero y mayo de 2019 el precio del litro de leche pagado al productor ha tenido una significativa alza, 7,6 %. Tal comportamiento, se explica de un lado por el ajuste anual que se realiza a la Resolución 017 de 2012, equivalente al 3 %, y de otro, por la disminución de la oferta debido a factores climáticos, que ajusta casi 5 %.

En resumen, la producción de leche ha tenido una baja, especialmente en las zonas Caribe y Andina en donde el verano ha tenido mayor intensidad, y es eso lo que hoy bien el sector productor debe evaluar.

¿Qué debe tener en cuenta? Que el mejoramiento de los precios obedece a la escasez de leche, es decir la expresión natural del mercado. Pero ¿qué pasará cuando el clima se normalice o al contrario se tenga mayor nivel de lluvias y aumente el nivel de la oferta? Evidentemente la tendencia de precios de mediano plazo volverá a su normalidad.

Ahora bien, si se ajustara el nivel de oferta a la baja, de manera permanente, seguramente la expresión del mercado sería la de llevar los precios hacia arriba también de manera permanente. ¿En términos de economía real esto podría suceder? Sí y solo sí, a través de una situación de mercado ¿Cuál?

El reordenamiento de la producción ganadera, en donde mayores exportaciones de carne estimularían esta cadena de valor. Más productores dedicados a la ganadería de carne y menos dedicados a la producción de leche, ajustarían los niveles de oferta para cada una de ellas.

Lo que no puede olvidarse es que el sector lechero colombiano también está expuesto a más importaciones y a ser un tomador de precios internacionales. Solo vale recordar que en el primer semestre del año la internación de leche y derivados lácteos ya suma 34 mil toneladas, sabiendo que en 2026 con mercado libre la cifra superará las 100 mil toneladas, bajo los estándares de costo doméstico actual.

Hay que tener presente entonces que cuando los precios internacionales sean bajos se demandará más leche importada, y aunque exista la Resolución 017 de 2012 sencillamente los agentes racionalmente reemplazarán nuestra producción por la extranjera.

Así las cosas, lo que terminará midiendo la rentabilidad de los jugadores internos que permanezcan en el sector no serán los precios internos sino los costos de producción. En otras palabras, la forma de competir frente a producción importada será la de tener costos los suficientemente bajos para que con el precio que fuere exista un óptimo nivel de rentabilidad.

Tengamos en cuenta que la producción lechera es cíclica y estacional, y que el clima es una variable que resulta cada vez más difícil de predecir. No podrá entonces depender la rentabilidad, exclusivamente, del nivel de oferta o de las condiciones meteorológicas, sino de producir con la capacidad de competir en “x” o “y” condición para diferentes mercados.

Aprovechemos los precios actuales, pero estemos atentos a las señales de mercado para que aunque lleguen las “vacas flacas” el negocio también prospere.