Lo cierto es que ya se presentan temperaturas por encima de lo normal, así como heladas; aunque los pastos, forrajes y cultivos aún no lo resientan, pero será cuestión de un par de semanas para que se noten los daños en las praderas y unos días más para ver impactos en las cosechas de productos agrícolas, lo que sin duda generará afectación de precios.
Ahora bien, lo que hay que tener en el radar es que 2021, 2022 y parte de 2023 Colombia estuvo expuesta a una presión inflacionaria internacional, pero que desde abril del año anterior mostraba señales de ceder en el ámbito interno, tanto así que en el pasado diciembre el Banco de la República ligeramente bajó las tasas de interés ante menores expectativas inflacionarias.
Sin embargo, con el verano tradicional y con la incertidumbre si se extienda bajo un fenómeno de El Niño, la inflación repuntaría poniendo en aprietos de nuevo al crecimiento del país y en definitiva haciendo que no continúen bajando las tasas que se encuentran aún en un alto nivel.
Frente a la ganadería hay que tener presente que uno de los primeros afectados por variables climáticas es el sector lechero, y si bien existen notorias diferencias en la productividad regional, el clima seco pegaría en todas las regiones del país. Así las cosas, el precio del litro de leche pagado al productor tendría presiones al alza, más si la DIAN sigue con problemas en sus plataformas informáticas, lo que ha limitado la importación de leche en polvo.
Que no ingrese leche importada no es problema, que el precio al productor mejore es beneficioso en primera instancia, pero seguramente tales alzas se trasladarán al consumidor de manera casi inmediata, afectando el consumo, que también se vería afectado por subidas en el precio de otros alimentos por cuenta de la escasez que genera el verano.
En un escenario de escasez de leche seguramente varios inescrupulosos ya andan pensando en hacer mayores mezclas de poca leche y mucho lactosuero y agua, para hacerlo pasar como leche al cien por ciento. Por fortuna el INVIMA en días pasados expidió normativa que solo permite que un litro de leche líquida vendido al consumidor contenga 30 miligramos de lactosuero, lo que sin duda beneficia a consumidores y productores de leche.
El éxito de esta medida dependerá de la inspección, vigilancia y control que realice el INVIMA en tiendas, supermercados y demás puntos de comercialización de leche en el país. Por ahora entonces a estar atento a la buena gestión del verano y a que el INVIMA siga haciendo la tarea.