Tengo el honor de conocer personalmente a José Félix Lafaurie, presidente de Fedegán. Un hombre que le dio tamaño, utilidad y fortaleza a esa Federación, además de futuro a la ganadería.
Estaba esperando hablar con él para ser más preciso en los detalles técnicos de este artículo sobre la aftosa, pero el descubrimiento del nuevo foco en Yacopí, Cundinamarca y la forzada cuarentena en el Magdalena medio, atropellaron los acontecimientos y la confección del escrito.
¿Quién es el culpable?
¿Por qué regresó la Aftosa que Fedegán-ICA lograron erradicar? Santos y su ministro Iragorri son los únicos culpables de esta catástrofe para la ganadería colombiana. Fedegán manejó con extremo juicio el programa de vacunación contra la aftosa. De esa manera y con ese manejo, Colombia quedó libre de la enfermedad después de casi 20 años. Se abrieron las exportaciones de carne colombiana al mundo. Y el país ya estaba montado en un programa exportador de carne muy prometedor. Minerva del Brasil, una de las empresas comercializadoras de carne más grandes del mundo estaba ya instalada en Colombia con un frigorífico. Camaguey y otros actores lideraban este maravilloso proceso exportador.
Lafaurie viene haciendo críticas al gobierno y eso desató una revancha tan virulenta como torpe gerenciada por Iragorri, un politiquero que nunca tuvo que ver con el campo.
Entre los muchos daños que le hizo a Fedegán fue quitarle el manejo de ese delicado plan de vacunación. Unaga, una entidad sin experiencia recibió este encargo y ahí tienen las consecuencias. Aftosa en Arauca y ahora en Cundinamarca son una catástrofe para la ganadería colombiana.
Exportar carne no sólo genera divisas sino que puso al sector a tecnificarse, organizarse y mejoró los precios internos de la carne. Una bendición para el gremio y para el país. Esa burda reacción de Santos-Iragorri, es la única culpable de esta catástrofe llamada aftosa. Es devolver la ganadería 20 años. Cerradas las exportaciones de carne es inminente la caída de los precios para poner a los ganaderos a vivir de nuevo en la precariedad. Esta, una embarrada del Gobierno que pone al borde de la ruina a todo un aparato productivo, con el único propósito de cobrarle a Lafaurie sus críticas y su independencia. ¿Cuánto vale este daño?
Imposible de tasar, pero deben ser cientos de millones de dólares que no llegarán al país, sumados a miles de millones de pesos que perderán los ganaderos. ¡Santos es como los ratones: entre más trabajan, más daños hacen!
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