Al paso que vamos, el mayor logro del Gobierno será haberle cambiado el nombre a Proexport por Procolombia. Mientras en su habitual estilo de autoelogios el presidente Santos se dedicaba a tranquilizar a los empresarios en el último congreso de Analdex, las cifras confirmaban que en comercio exterior se han perdido 6 años. Al mes de julio, y a pesar de la devaluación del peso, las exportaciones seguían perdiendo terreno, con un caída del 26 % con respecto al mismo periodo del año anterior.
Durante años, los empresarios que escuchaban al Jefe del Estado hablar de sus logros como nunca en nuestra historia, vivían acosados por la fortaleza del peso. Hoy, el escenario es distinto y la tasa de cambio les es favorable, pero la dinámica exportadora sigue postrada. La tasa de cambio es solo una parte de la ecuación. Algo no funciona desde hace años, y es la política sectorial.
Un interesantísimo estudio, elaborado por Confecámaras, confirma la catástrofe. ¡Tan solo 47 empresas de Colombia exportan el 68 % del valor vendido al exterior! Peor indicador no puede existir, porque confirma que, en el mundo de la globalización, los productores nacionales están ausentes de los mercados internacionales. ¡10 productos representan el 69 % de los exportados! En otras palabras, la concentración no es solo de empresas, sino también de productos, el peor escenario posible.
“Estamos mal, muy mal, y comparados con los países de la Alianza del Pacífico, sí que nos rajamos” dijo Martín Gustavo Ibarra, uno de los grandes expecialistas en comercio exterior del país, controvirtiendo los autoelogios de Santos. “No puede ser que Chile exporte 10 veces más, México 8 veces más, o Perú 3 veces más que Colombia”, concluyó Ibarra. Y el Gobierno, que ha fracasado estruendosamente, no puede invocar que no ha tenido tiempo o continuidad. Por 6 años han ido dando tumbos en temas que son complejos y requieren conocimiento.
Pero, al igual que en otras áreas, los que dirigen la política están más preocupados por la imagen, los cambios de forma y por neutralizar a los que analizamos las bondades o debilidades de la políticas, que por sus objetivos. Y los resultados son decepcionantes. Desde 2010, las exportaciones no mineras de Colombia fluctúan entre un mediocre rango de 14 mil 500 y USD16 mil 500 millones, unos 15 mil 800 millones en promedio. Triste fracaso.
Las excusas ya no resultan aceptables. Claro que bajaron los precios del petróleo y las materias primas. Claro que nuestros vecinos, mejores amigos, (Venezuela y Ecuador) tienen problemas de crecimiento. Pero una política pública debe buscar contrarrestar estos factores que muchos advertimos hace bastante tiempo. La verdad es que las instituciones del sector de comercio exterior se quedaron en otra época y no están a la altura de los desafíos actuales. No hay ideas creativas ni estrategia. Se perdieron 6 años en operaciones de maquillaje a un costo importante y, lo peor, comprometiendo la capacidad técnica de un ramo que no era mala para nuestro nivel de desarrollo.
Nada va a cambiar en los próximos 2 años. Tampoco habrá rendición de cuentas. La esperanza es que el turismo compense la caída de la inversión extranjera y las exportaciones. Al paso que vamos, el mayor logro del Gobierno será haberle cambiado el nombre a Proexport por Procolombia.