Ensimismados por la alegría navideña, los colombianos, en su gran mayoría “de buena voluntad”, no parecen sentir la paradoja del mensaje de Belén en un país agobiado por la violencia y, también, por la desesperanza frente a una paz “estable y duradera” que resultó un engaño; esa paz que hoy se promete “Total” y de la cual seguimos lejos.
La paz en Colombia no se alcanza solo con el deseo, porque la violencia en todas sus formas, con el narcotráfico como factor desencadenante, nos llevaron a una realidad de inseguridad que afecta a millones en campos y ciudades. Entre ellos está Cristian Serrano, ganadero santandereano a quien le robaron su libertad y, con ella, le robaron la paz a su familia y a la comunidad ganadera. Así sea una voz en el desierto, sigo exigiendo su inmediata liberación.
Así mi voz resulte incómoda en medio de los festejos, seguiré rechazando el doble rasero de grupos ilegales, incluido el ELN, que se acercan a la paz total del Gobierno sin dejar de secuestrar, extorsionar, reclutar menores, desplazar y confinar a comunidades vulnerables.
No es casual que el lema del 40º Congreso Nacional de Ganaderos haya sido la SEGURIDAD GANADERA SOLIDARIA, que se expresa en las Brigadas Ganaderas Solidarias que evitaron invasiones de fincas en todo el país, y a partir de 2024, en los Frentes Solidarios de Seguridad y Paz, de los cuales ya se han creado más de 130 en 25 regiones ganaderas, bajo los principios de la solidaridad, la articulación civilista con las autoridades y el respaldo de Fedegán a través de los gremios locales, como un sistema de alertas tempranas a partir de tecnologías de comunicación.
Es el mismo sendero hacia la paz que nos llevó a firmar con el Gobierno el Acuerdo para la compra de tierras para Reforma Agraria, que Fedegán ha honrado con la oferta de más de 600.000 hectáreas, aunque, a 31 de octubre, la Agencia Nacional de Tierras solo había comprado 14.260, a pesar de lo cual nuestra repuesta es una sola: ¡Seguiremos cumpliendo!
Durante 2024 emprendimos también la defensa férrea del derecho a la legítima propiedad de la tierra, frente a los intentos del Gobierno de despojar a los propietarios de la fase judicial en los procesos de expropiación con indemnización y de extinción de dominio por incumplimiento de la función ecológica de la tierra.
Frente a la crisis lechera que afecta a 350.000 ganaderos, en su mayoría pequeños productores minifundistas, aplicamos recursos parafiscales aportados por los ganaderos en cuantía de $14.600 millones para fomentar exportaciones y reducir inventarios, mientras insistimos en propuestas siempre escuchadas, pero nunca implementadas, para neutralizar esa suma de factores estructurales que se resume en alto nivel de producción, bajo nivel de acopio formal, alta informalidad, bajos precios al ganadero, altos precios al consumidor, caída del consumo e importaciones crecientes.
Sin embargo, a pesar de las dificultades, los ganaderos no podemos caer en la desesperanza, porque tenemos una ganadería, moderna, sostenible y de mostrar ante el mundo. Con el hato bovino número 11; producimos anualmente más de 7.000 millones de litros de leche y más de 900. 000 toneladas de carne; en 2023 exportamos carne a 39 destinos, logramos abrir las puertas del mercado chino y vamos por el de Estados Unidos. Es un saldo entre resultados y retos por asumir, que nos permite mirar el futuro con optimismo.
Finalmente, mi deseo de navidad: Que la paz llene los corazones de todas las familias, para que esa suma virtuosa aporte al logro de la paz y haga realidad en Colombia el mensaje de Belén.
@jflafaurie