Luego de un ensayo que duró 2 años, investigadores de la Universidad Nacional del Litoral (UNL) y del INTA Rafaela demostraron que es biológicamente posible triplicar la producción de leche por hectárea, en relación con el promedio nacional, con alta carga animal de vacas cruza Holando con Jersey, alta alimentación, pero manteniendo un sistema simple. El trabajo, que desafió el sistema de producción de leche argentino, se hizo en colaboración con investigadores de la Universidad de Massey, Nueva Zelanda.
Se trata de un proyecto que comenzó en 2007 y que se diseñó para responder a la pregunta acerca de qué sucede con los sistemas lecheros cuando se incrementa la cantidad de vacas por hectárea (carga animal): ¿baja la producción por vaca? ¿Qué pasa con el resultado económico? ¿Qué ocurre con la producción de las pasturas? La carga animal es un aspecto de alto impacto en la producción de leche y en el resultado económico de los tambos que no se había cuantificado en Argentina. Para el trabajo se dividió un tambo del INTA de Rafaela en tres minitambos, cada uno con distintas cantidades de animales por hectárea: uno con carga baja (1,6 vaca por hectárea); un segundo con carga media (2,1/ha); y un tercero con carga alta (2,6/ha). Allí llevaron adelante mediciones estrictas sobre producción, calidad y persistencia de las pasturas; producción de leche y peso de los animales; duración de la lactancia, calidad de la leche, entre otras variables estudiadas. El ensayo tuvo la particularidad de que se hizo con animales producto de la cruza de Jersey y Holando. (Lea: Posdestete, clave para mantener el vigor de las terneras) En los 2 años del estudio, con la cruza de esas dos razas, se obtuvieron unos 23 litros diarios de leche por vaca (aproximadamente 7.000 litros por lactancia) cifra superior al promedio nacional. Las vacas del tratamiento con alta carga animal produjeron 22,6 litros de leche por vaca/día, como promedio de toda la lactancia, mientras que las vacas en el tratamiento de baja carga animal produjeron 23,8 litros de leche por vaca por día, como promedio de toda la lactancia.
La leche en la Argentina tiene un promedio de 3,3 % de proteína y 3,6 % de grasa, pero cuando se cruza la genética Holando con la Jersey los valores se incrementan. En el ensayo se obtuvo leche con más de 4% de grasa y 3,6 % de proteína, con un impacto muy positivo cuando la leche se paga en función de sólidos. Resultados y limitantes. Al incrementarse la cantidad de animales por hectárea, pero manteniendo una buena alimentación por vaca, se logró un efecto positivo sobre el sistema, porque permitió que una proporción mayor de la pastura se transformara en leche. La clave de esos buenos resultados reside en la producción y utilización de mucho forraje, sumado a la adición de muchos alimentos concentrados por hectárea. (Lea: Una vaca de 500 kilos necesita 70 kilos de pasto para producir 15 litros de leche) Así, el resultado económico de incrementar la carga animal fue muy positivo. El sistema con alta carga (2,6 vacas/ha, equivalente a 260 vacas en 100 ha) produjo una ganancia más de dos veces superior al sistema con baja carga. Ese incremento específico de la carga animal se debe hacer con una adecuación al contexto. La carga animal utilizada en el sistema mas rentable (equivalente a 260 vacas en 100 hectáreas) no sería posible de practicar en muchos establecimientos del país, porque la producción actual de forrajes no sería suficiente para alimentar tantos animales.
Potencial. Los resultados de esta investigación demuestran que el potencial biológico de nuestros tambos es altísimo y que, en el futuro, estos resultados pueden alcanzarse y la Argentina puede producir mucha más leche. Los resultados experimentales coinciden con el análisis de más de 300 tambos e indican que se pueden intensificar los sistemas pastoriles, dejando a las vacas en pastoreo, en un ambiente limpio y natural, aumentando la cantidad de animales y alimentos, para llegar simplemente a muy buenos resultados productivos y económicos. Muchas veces existe desarmonía en aspectos tales como el tipo de vaca y el ambiente, o entre la infraestructura y la cantidad de animales que se usan, entre otros. Son fundamentales también la infraestructura básica (aguadas, instalaciones de ordeño, sombras) y las condiciones para un trabajo sencillo y atractivo. (Lea: Nutrición del ganado: más que dar pastos, agua y suplementos al azar) El desafío consiste en diseñar tambos simples, rentables, social y ambientalmente sustentables, que permitan disfrutar de la actividad, con gente trabajando cómoda y vacas que conviertan alimentos en leche de manera eficiente y rentable. El éxito del negocio lechero se basa en trabajar sobre cuatro factores básicos para producir leche: alimentos, animales, infraestructura y gente.
*Investigador del Departamento de Producción Animal, Facultad de Ciencias Agrarias de la UNL. Fuente: http://www.perfil.com/economia/Encuentran-una-tecnica-para-aumentar-la-produccion-de-leche-en-pocos-pasos-20130928-0053.html