Lo ideal es iniciar un proceso de certificación, porque esta es en esencia una herramienta de apoyo que ayuda al productor a tener muy claro su panorama, le da visión, lo vuelve un empresario, y permite disponer de un claro “mapa de ruta” para ir paso a paso logrando metas que lo van conduciendo al propósito de producir alimentos totalmente libres de contaminación, sanos y saludables para el consumo humano, cumpliendo con estándares altos de calidad puesto que tiene quien lo corrija y le haga advertencias cuando se está desviando de esa ruta o camino para que rápidamente se vuelva a enrutar y se mantenga firme hacia la meta.
En Colombia, el ganadero debe regirse y ajustarse a las normas establecidas en la Resolución 0187 de 2006 y en el reglamento que la complementa, y debe cumplirlos a cabalidad para poder obtener una certificación como productor orgánico.
En la medida que cumpla con ellos, puede ir a una entidad certificadora para que ésta pueda verificar y hacer constar que sus productos son realmente ecológicos, es decir, para que la autoridad a la que le compete certificar las garantías de producción orgánica pueda emitir el respectivo certificado.