Estos son componentes que se relacionan entre sí, y a su vez, cumplen un papel fundamental en el proceso silvopastoril, que más que un beneficio para el productor, es una ayuda para el medio ambiente y la sostenibilidad como se menciona en un artículo investigativo elaborado por Fedegán. (Lea: Razones por las cuales los silvopastoriles le generan dinero)

El papel del árbol sobre el sistema silvopastoril es amplio y beneficioso porque si son leguminosas, ayudan a fijar nitrógeno de la atmósfera el cual abona el suelo y permite el crecimiento más fértil de pastos y árboles.

Además, los árboles también controlan la precipitación y la evapotranspiración, protegiendo el suelo y regulando las aguas disponibles para los pastos, con lo que se favorece el microclima regional.

A esto hay que sumarle que proporciona frutos, madera y forrajes, los cuales proporcionan proteína sobre pasante y nitrógeno no proteico que estimulan los microorganismos del rumen para degradar los forrajes fibrosos; los árboles además disminuyen la deshidratación de los pastos en el verano.

El sistema de pastoreo y la disponibilidad de forraje proveniente del árbol controla la cantidad y calidad de alimento para el animal, así como los residuos que quedan en el suelo. El árbol proporciona sombra al animal, lo cual produce en el animal un estado de tranquilidad que favorece los procesos digestivos y reproductivos de los bovinos en clima caliente.

En el sistema silvopastoril, el árbol favorece la biodiversidad de la fauna, principalmente a veces e insectos, que atacan las plagas cuando estas dañan la pradera, produciéndose un ambiente favorable para la germinación de semillas de árboles y leguminosas en general.

Por su parte, el animal cumple un papel clave en un sistema silvopastoril debido a que una alta carga o un manejo inadecuado de la permanencia de bovinos en un potrero ocasiona compactación del suelo y disminución en la producción total de forraje. (Lea: Sistemas silvopastoriles, una buena opción para aumentar la carga animal)

Cuando existen muchas clases de gramíneas o los árboles son pequeños, los animales los destruyen incluyendo las especies más gustosas. Sin embargo, si la pradera es bien manejada, el animal favorece el rebrote de nuevo forraje al dejar el potrero despejado de paja y pasto lignificado.

La capacidad germinativa de muchas especies de árboles se ve favorecida por el paso de los frutos por el tracto digestivo, con lo cual se asegura la propagación de los árboles.

Uno de los aspectos que menciona la investigación es que hay que tener claro que los suelos montañosos pueden sufrir erosión por el peso de los animales, efecto que se contrarresta en parte con el anclaje o amarre que hacen las raíces de los árboles. Además, este efecto se disminuye cuando los nutrientes que saca el árbol del suelo se compensan con la materia orgánica proveniente de las heces y la orina del animal, y del follaje que cae a la tierra.

Y finalmente, el pasto también tiene unas funciones claves en los sistemas silvopastoriles como que es el alimento base en la alimentación de los rumiantes, además que controla la erosión ocasionada por el agua, el viento y la pezuña del animal.

Este pasto también sirve de cobertura y ayuda al mejoramiento del suelo y controla las plantas invasoras o malezas que no son consumidas por el animal.