El IPCVA se propuso estudiar el consumo de carne vacuna según cada una de las generaciones y encontró amplias diferencias entre lo que demandan los más jóvenes a la industria.
El Instituto de Promoción de la Carne Vacuna Argentina viene estudiando desde hace algún tiempo los comportamientos de las nuevas generaciones respecto de su demanda y consumo de esta proteína. ¿Consumen menos? ¿Qué buscan? Desde la Jornada a Campo que realizó el Instituto en Quimilí, Santiago del Estero, Agritotal pudo hablar con Eugenia Ana Brusca, miembro del departamento de Promoción Interna del IPCVA, sobre qué marca las diferencias en el consumo y qué desafíos genera esto en la cadena de ganados y carnes argentina. La especialista afirma que el organismo viene cambiando sus estrategias para conocer a los consumidores de carne, y para eso tomaron al recambio generacional como pilar de análisis. Sobre todo, estudiaron los comportamientos y preferencias de las nuevas generaciones: los millennials y centennials.
Así denominó la sociología a los nacidos entre 1980 y mediados de los 90 (millennials) y a quienes nacieron entre ese entonces y el año 2010. Hace ya dos años que el IPCVA analiza cada un mes y medio el consumo de millennials, y en el último año iniciaron también estudios cualitativos y cuantitativos a través de focus group para el consumo tanto de estos como de los centennials.
Estos mostraron las diferentes formas que definen el consumo de ambas generaciones. Si bien se ven algunos indicios de cómo puede ser su demanda, arrojan que los centennials -en su mayoría- no son económicamente independientes y tercerizan su compra de carne en padres o mayores que sí lo sean. (Blog: Asado 2.0: los Millennials transforman el consumo de carne)
Sin embargo, en el caso de los nacidos entre el 80 y mediados de los 90, las características pueden verse claramente. Prefieren siempre lo inmediato, lo rápido, el ahorro de tiempo. "Eligen el churrasco que puede hacerse vuelta y vuelta mientras pongo la mesa o las milanesas que vienen hasta empanadas y sólo hay que descongelar", dice Brusca.
Sin embargo, también presentan un gusto particular por lo gourmet, y por el hecho de cocinar especialmente, tomando un tiempo mayor -aunque no lo tengan- para hacer un asado. Es que ese punto es esencial en esta generación: la carne como espacio de encuentro, como reunión argentina. (Blog: De dónde vienen los nombres de los cortes de carne)
En cantidad, es posible que el millennial consuma menos carne vacuna. Sin embargo, pondrá especial foco en la calidad. "Nos gusta mucho saber de dónde proviene el producto, si es orgánico, si viene de animales criados a paso o a grano, somos mucho más exigentes, queremos ver cuánta proteína y calorías tiene, qué cantidad de grasa almacena, y otros detalles", cuenta, y agrega que eso se destaca aún con más fuerza en centennials.
Ahora, lo importante es que la cadena de ganados y carnes –desde el productor hasta el carnicero– puedan leer esto y saber hacia dónde va la demanda. La responsabilidad carga sobre la industria, que tiene la capacidad de cambiar las formas de procesar el producto cárnico para que sea atractivo para las necesidades de los más jóvenes.
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