Dependiendo de las modas y los descubrimientos médicos paulatinos, así como las fuertes campañas publicitarias de un bando u otro, en las últimas décadas hemos visto cómo los consumidores han pasado de consumir uno al otro.
Antes de elegir cual de los dos elegir y decidir por uno mismo cuál de los dos productos es mejor para llevar un estilo de vida sano es importante conocer a fondo las propiedades de ambos.
Mantequilla
La mantequilla es un producto natural hecho a partir de la nata de la leche de vaca. Es una grasa natural de origen animal con un alto aporte calórico. El 80% del total de su contenido nutricional son grasas saturadas, monoinsaturadas y poliinsaturadas. También contiene macronutrientes, entre los que se encuentra la lactosa (la proteína de la leche), pudiendo generar intolerancia en algunas personas.
Es importante destacar que las vitaminas que encontramos en la mantequilla son liposolubles. Eso quiere decir que están presentes en las grasas como la vitamina A, D y E. Otros macronutrientes que podemos encontrar son minerales como potasio, fósforo, hierro, calcio, zinc, selenio, magnesio y manganeso.
La mantequilla además sirve para cocinar y está presente en la gastronomía de muchos países de todo el mundo. Con un punto de humeo (temperatura a la que se quema la grasa) de 175ºC, es apta para cocinar. Además, de la mantequilla se puede obtener ghee o mantequilla clarificada. Este producto es la grasa pura de la mantequilla, habiendo retirado todos los compuestos orgánicos de la mantequilla. La ghee tiene un punto de humeo muy superior, aguantando hasta los 250ºC, perfecta para cocinar a altas temperaturas.
Margarina
La margarina surgió como un sustituto barato de la mantequilla hecho a base de aceites vegetales de baja calidad como el de soja, palma, maíz, canola, cártamo y semillas de algodón.
Es un alimento altamente calórico pero que no contiene vitaminas ni minerales valiosos para la salud a menos de que lo añadan de forma química en el proceso. Es vegetal y tiene un punto de humeo similar al de la mantequilla, aguantando hasta 176ºC.
Para la obtención de la margarina los aceites son llevados a altas temperaturas y una gran presión, cargándola de agentes radicales libres. Además, pasa por un proceso químico muy agresivo para que se convierta en margarina además de pasar por un proceso de hidrogenación que mata todas las posibles vitaminas naturales del aceite y lo convierte en grasas trans.
Durante el proceso de fabricación se obtiene un producto gris, grumoso y de olor fuerte y desagradable, por lo que tiene que pasar por procesos de emulsionantes, desodorización y blanqueamiento para transformarlo en un producto más o menos apetecible. A lo largo de todo el proceso, el aceite se somete a lavados, procesos químicos y altas temperaturas y presiones, aparte de todos los aditivos químicos que tiene como colorantes, esencias de olor y vitaminas sintéticas.
Desde luego, es mucho más recomendable utilizar mantequilla, ya que tiene grandes propiedades naturales y apenas es procesado para su obtención. Por el contrario, la margarina es un producto de muy mala calidad, químico y que solo contiene grasas trans. Ya no solo en la dieta natural que huye de los productos ultra-procesados, sino que todo el que tenga un mínimo de respeto por su cuerpo debería consumir únicamente mantequilla.
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