La reproducción es el aspecto más importante de cualquier negocio ganadero porque allí confluyen todos los demás elementos, afirmó Ricardo Arenas, médico veterinario especialista, en un nuevo capítulo del Manual Práctico Ganadero elaborado por la Federación Colombiana de Ganaderos (Fedegán).
Señaló que el manejo reproductivo del hato va muchos más allá de la técnica de reproducción utilizada y debe responder a una planeación estratégica y transversal de nutrición, manejo, salud y el modelo reproductivo unido al mejoramiento genético.
La nutrición, por ejemplo, se ve reflejada en temas reproductivos; el manejo mismo afecta los procesos de reproducción; y, en la producción y la rentabilidad tanto de leche como de carne la reproducción es fundamental. Por eso es importante que el ganadero sepa hacer una planeación del sistema reproductivo a utilizar, según sus condiciones y necesidades y corregir algunas fallas que se puedan estar presentando.
Sin olvidar que el ingreso proviene de la producción de carne o leche, es la reproducción la que marca la ruta de estas. Para que se dé una lactancia naturalmente debe haber primero una preñez y un parto, y para producir novillos gordos estos debieron primero nacer y destetarse de una vaca.
Etapas del ciclo estral
Los ciclos estrales o reproductivos de las hembras tienen una duración promedio de 21 días y presentan cuatro etapas conocidas como el proestro, el estro o celo propiamente dicho, el metaestro y el diestro. Estas etapas son reguladas por diferentes hormonas producidas tanto en la hipófisis como en los ovarios. (Lea: Aspectos a considerar para tener buenos parámetros en la reproducción)
Durante el proestro y por acción de hormonas hipofisarias, el folículo estimulante, conocido como FSH y la luteinizante o LH promueven el desarrollo del folículo que liberará el óvulo para ser fecundado. Este folículo al madurar libera estrógenos que actúan en el cerebro del animal provocando los cambios de comportamiento típicos que tendrá en el estro, así mismo produce cambios como inflamación de la vulva y pereña de la vagina, salida de moco cervical e incremento del tono uterino.
Las altas concentraciones de estrógeno causan un incremento de LH que dará origen a la ovulación al final del estro; después de la ovulación lo que queda del folículo se transforma en el cuerpo lúteo (CL) que secretará progesterona y prepara al tracto reproductivo para la gestión si es que se da la fecundación. Si la fecundación es exitosa el cuerpo lúteo continúa secretando progesterona durante la mayor parte de la gestación.
Si no se logra la fecundación o el embrión muere antes del día 14 o 15 del ciclo el CL es destruido por la acción de la prostaglandina F2 Alfa y la oxitocina que son secretadas por el útero y el ovario, respectivamente. Esto da lugar a un nuevo ciclo estral y permite a la hembra futuras oportunidades de quedar gestante.
Los signos de celo
Van desde el enrojecimiento e hinchazón de la vulva, producción del moco vulvar, bramidos frecuentes, disminución del apetito y de la producción láctea, cambios de comportamiento social, quietud cuando son montadas por el toro o por otras vacas que intentarán montar a la que está en calor, y en algunos casos hay salidas de chorros de orina.
En condiciones naturales los machos muestran interés e intentan montar a las hembras que están en calor, incluso cuando los signos de este son muy poco perceptibles al ojo humano. (Lea: Qué altera la reproducción bovina)
Estos signos y los tiempos de ovulación desde el inicio del celo que son de 24 horas para los Taurus y de 12 horas en indicus, son de gran importancia en el éxito de la reproducción, principalmente cuando el modelo reproductivo no es de monta directa natural sino controlada, inseminación artificial o transferencia de embriones.
En hatos ganaderos con presencia de toros para monta directa, la recomendación es tener un macho para cada grupo de 20 a 25 hembras y los toros deben tener periodos de descanso suficientes y temporadas de trabajo o servicio en donde están permanentemente con las hembras de vientre.
Al contar con este sistema de monta directa es muy importante el manejo sanitario de las hembras y los machos reproductores y el ajuste correcto de los lotes de hembras vacías y preñadas para facilitar el trabajo de los toros.
Las hembras en servicio deben tener una buena alimentación, acceso a agua fresca y a sombra con lo que el bienestar de ellas se garantice y así la concepción y preñez se den de manera adecuada.
Igualmente la observación y medición de los indicadores reproductivos para el análisis es de suma importancia en el éxito de la ganadería, entre ellos está el porcentaje de natalidad que debe estar por encima del 75 %; intervalo entre partos donde el ideal es de un año. Así mismo, los días abiertos que debe ser entre 60 y 90 días. El otro indicador tiene que ver con servicios por concepción donde se busca que sea lo más cercano a uno y máximo 1,5.