Un grupo de investigadores de la Universidad de Wageningen concluye que las emociones de los animales guardan relación con la calidad de su carne, por ello proponen usar una tecnología de reconocimiento facial que ayudará a determinar el grado de bienestar de los animales criados para la alimentación humana.
Según los resultados de una investigación realizada por expertos de la Universidad de Wageningen (Países Bajos), las emociones de los animales guardan relación con la calidad de su carne. En este estudio se ha utilizado una tecnología de detección de las expresiones faciales y las emociones en los animales de granja (vacas y cerdos), como la tensión en el cuello y en la frente, la posición de las orejas, la posición de la nariz o la forma del ojo, entre otros parámetros.
Los expertos proporcionan ejemplos de comportamientos recogidos a través de esta tecnología, si un cerdo muestra el blanco de los ojos puede indicar agresión, o si pega sus orejas a la cabeza, indica que sufren aversión o tienen emociones negativas. Todas estas señales pueden servir para determinar el nivel de incomodidad que experimenta el animal. Los investigadores comentan que un animal feliz es siempre más productivo y la calidad de su carne es mejor, ya que existen biomarcadores como la oxitocina y la dopamina, que varían por los niveles de cortisol, hormona que se libera como respuesta al estrés.
Una mejor salud y calidad de vida mejora la calidad de la carne, recordemos que en ello trabajan los expertos del proyecto mEATquality, que tienen el cometido de investigar la relación y vínculos entre la mejora del bienestar animal y el sabor de la carne. El caso es que los ciudadanos europeos se preocupan por el bienestar animal, así se ha demostrado a través de diferentes encuestas, como las realizadas por el Eurobarómetro, se puede citar esta encuesta del año 2016, cuyo resultado mostraba que el apoyo de los consumidores por el bienestar animal es abrumador.
Para garantizar los estándares de bienestar de los animales de granja los empleados suelen depender de observaciones y mediciones prácticas, lo que deriva en una regular interacción entre humanos y animales para determinar el grado de bienestar. Los investigadores comentan la presencia humana puede resultar una experiencia estresante y por tanto alterar el comportamiento natural de los animales, por lo que se propone monitorear el grado de bienestar desde lejos y utilizando la mencionada tecnología.
El software de reconocimiento facial permite a los investigadores revisar vídeos de alta calidad y la evidencia fotográfica de las expresiones emocionales de los animales, sin que sufran ningún tipo de intromisión o perturbación. Además de esta ventaja, se destaca que incluso se puede grabar la identificación y las acciones de múltiples individuos dentro de un mismo grupo de animales al mismo tiempo, por lo que el impacto que podría tener esta tecnología en la producción animal sería significativo, por ejemplo, se podrían detectar aquellos ejemplares que sufren estrés debido a problemas de salud.
La tecnología de reconocimiento facial puede ser de gran ayuda para el control del bienestar animal, para facilitar que los reguladores puedan certificar ese bienestar y también para que los consumidores puedan saber a ciencia cierta que consumen alimentos procedentes de animales con altos estándares de bienestar. A todo esto, los expertos añaden que se podría desarrollar una certificación que permita a los productores exigir un precio más elevado por sus animales, aunque esto parece ser un reclamo para que los ganaderos quieran introducir la tecnología.
Podéis conocer más detalles de la investigación a través del vídeo y en este artículo publicado en la revista científica bioRxiv.
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