Por Patricia C. Serrano.
El carnicero coge un trozo de carne de ternera, lo mete en la picadora y lo envuelve en papel encerado. No hay ni trampa ni cartón en este proceso de compra. Sin embargo, ¿sabes lo que compras cuando coges hamburguesas preparadas en las bandejas del súper? La Organización de Consumidores y Usuarios ha realizado un análisis empleando 16 referencias de distintas cadenas. La calidad de la carne obtiene un aprobado general en el examen pero no es oro todo lo que reluce. (Blog: La hamburguesa con carne, más sana que la vegetal) La conclusión principal a la que llega este estudio es que una hamburguesa del supermercado no equivale nutricionalmente a un filete de ternera. La preparación de carne aloja de media un 14% de grasa, frente al 6% de la ternera fileteada, menos proteínas (16,9% frente al 19%) e hidratos de carbono (un 2%, en forma de azúcares) de los que carece el filete. Además, su procesado incluye un abuso de la sal, que supera las cantidades recomendadas. Fueron encontrados, de media, 1,46 gramos de sal por cada 100 de carne, cuando la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición alerta sobre productos con más de 1,25 gramos. La incorporación de sulfitos como conservantes en la referencia denominada 'burguer meat' y otros aditivos que incluyen los preparados apuntan a una recomendación de no abusar del consumo de este tipo de alimentos.
La OCU, por otra parte, celebra no haber hallado en las pruebas de laboratorio carne mezclada de otras especies -como sí ocurrió en un estudio de 2013, donde se encontró carne de caballo en las hamburguesas-, y señala que la calidad general es aceptable y la degustación, buena. Pese a su buen sabor y a los precios interesantes, OCU formula una recomendación clara: dar esquinazo al supermercado y dirigirse al carnicero para asegurarse de que la carne que compras es sólo un trozo de carne. (Lea: Presentan una nueva alternativa a las hamburguesas de carne vacuna) Texto tomado del siguiente enlace