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La hamburguesa con carne, más sana que la vegetal

09 de Noviembre 2020

En un momento en el que las "hamburguesas vegetarianas" están de actualidad porque la Eurocámara acaba de aprobar que puedan llamarse así –pese a no tener carne– al rechazar dos enmiendas que pedían que la denominación de "carne" se reservara únicamente a los productos que la contuvieran, la plataforma sectorial Carne y Salud ha elaborado un informe que cuestiona que los productos procesados plant-based (elaborados a base de vegetales o plantas) sean saludables. 

En él se advierte de que se están desarrollando falsas "carnes" veganas que buscan crear una experiencia similar a cuando comemos hamburguesas y otros productos de carne real, tratando, de este modo, "de imitar su sabor y textura con el impulso de potentes estrategias de marketing y difusión que tratan de promocionarlas con criterios de salud y sostenibilidad, y obviando y tratando de arrinconar el papel nutricional que aporta un consumo adecuado de carne a una alimentación variada y saludable".

El informe de Carne y Salud destaca, en primer lugar, que el hecho de que un producto sea "apto para veganos" o de "origen vegetal" no quiere decir que sea saludable, ya que un alimento puede ser vegano y al mismo tiempo ultraprocesado. "De hecho, la mayoría de estos productos plant-based que quieren imitar a las hamburguesas y otros formatos cárnicos tradicionales contienen un gran número de ingredientes de todo tipo debido a su estrategia para intentar emular la textura, apariencia, sabor y aroma de la carne real".

Demasiados ingredientes

Para emular los perfiles de macro y micronutrientes de la carne real, subrayan en Carne y Salud, "sus niveles de procesamiento son muy altos y en su composición intervienen hasta una veintena de ingredientes, colorantes, extractos y conservantes vegetales". (Blog: 10 secretos para hacer una hamburguesa gourmet en casa)

Por ejemplo, esta fuente cita que la lista de ingredientes de algunos de estos nuevos productos presentes en el mercado incluye aislado de proteína de guisante, concentrado de proteína de soja, aceites de colza prensado, de coco refinado y girasol, metilcelulosa, celulosa de bambú, extracto de levadura, dextrosa cultivada, proteína y fécula de patata y almidón alimentario, entre otros. Al ser un alimento altamente procesado y con la ambición de replicar las hamburguesas reales, los productos de origen vegetal, añade el informe, incorporan en su composición altas cantidades de sal y de aceites o grasas de baja calidad que aportan, en su mayoría, grasas saturadas. "Adicionalmente, este tipo de productos también aportan gran cantidad de calorías e hidratos de carbono y menos cantidad y calidad de proteínas, así como aditivos para poder imitar a la carne real".

Carne y Salud asegura que, en comparación con la carne real, "estos productos altamente procesados" incorporan proteína vegetal purificada en lugar de nutrientes integrales, contienen niveles similares o superiores de calorías y grasas saturadas, y tienen niveles más altos de sodio, tal y como establece el estudio publicado en diciembre de 2019 por en Nuffield Council on Bioethics, un organismo británico independiente que examina e informa sobre cuestiones bioéticas planteadas por los nuevos avances en la investigación médica y biológica. Frente a las hamburguesas veganas, en Carne y Salud subrayan que la carne aporta vitaminas como las del grupo B, especialmente la vitamina B12, que solo se encuentra en productos de origen vegetal, y minerales como el hierro y el zinc con elevada disponibilidad. "Comparando una hamburguesa real de carne con uno de estos productos vegetales procesados, ciertos nutrientes en estas falsas 'hamburguesas' están comprometidos, y, por tanto, no se puede hablar de un sustituto, ya que no contiene todos los nutrientes que aporta la carne".

Presencia de alérgenos

El informe destaca que, por norma general, las hamburguesas y productos de origen animal no presentan alérgenos, mientras que las de origen vegetal, dependiendo de su composición, pueden presentar alérgenos como el gluten o la soja. Por otra parte, según la plataforma sectorial cárnica, estos productos procesados, que pretenden mimetizarle con la carne, comúnmente se venden en los pasillos de los supermercados donde se encuentran los productos cárnicos, pudiendo confundir a los consumidores, tanto respecto a su perfil nutricional como en su composición. "Por este mismo motivo, estos productos no se deberían etiquetar como 'carne' ni con las denominaciones de productos cárnicos tradicionales". Se apoya en una reciente encuesta hecha en Estados Unidos en la que el 70% de los consultados dijeron que preferirían que se prohibiese el uso de la palabra 'carne' en las alternativas plant-based. 

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