El crecimiento de la actividad ganadera, normalmente se lleva a cabo utilizando unos pocos indicadores productivos y económicos: número de animales beneficiados y litros de leche producidos con su valor económico. Por supuesto, no se evalúa la eficiencia por animal, por hectárea y por capital, por no existir los registros correspondientes. De esos análisis derivan el establecimiento de planes por rubros, y por aéreas como los planes de mestización bovina, programas sanitarios, etc., los cuales son poco coherentes y no tienen la rigurosidad y continuidad necesarias, debido a problemas de recursos técnicos y humanos por recortes presupuestarios y por cambios políticos, entre otros estos planes o acciones, además se hacen menos eficientes en sus alcances debido a que no se realizan en forma integral, es decir, no se consideran los aspectos ambientales y sociales. De allí que no haya suficiente información y concientización sobre lo que significa el costo ecológico y el costo social de la actividad agropecuaria. (Lea: Todo lo que debe saber del ensilaje para ganado bovino) En virtud de que los recursos naturales son finitos, debiéndose preservar tanto su calidad como su cantidad para afrontar las necesidades de una población, la actividad agropecuaria, el uso de los recursos naturales y el bienestar humano deben ser enfocados bajo un desarrollo sostenible, en el que según Eswaran et al (1993) los componentes fundamentales son los aspectos sociales ambientales y económicos, los cuales deben esta armonizados, siendo necesario, según Lal y Ragland (1993) condiciones tecnológicas y socioeconómicas, para su implementación. Fuente: http://generalidadesdelaganaderiabovina.blogspot.com/
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La ganadería vacuna y el desarrollo sostenible
20 de Abril 2015