Con mayor fijación de nitrógeno, menores costos productivos y precio diferenciado en el mercado, de a poco se transforma en tendencia.
Al margen de los vaivenes de la política y la economía, en los últimos años el sector agropecuario se viene enfrentando a algunos problemas productivos y ambientales que lo obligan a replantear sus paradigmas. En ese contexto empiezan a sonar cada vez más fuerte conceptos y tendencias como la agroecología, la biodinámica o la “ganadería regenerativa”, que consiste en un modelo de producción que apunta a imitar la naturaleza para producir más con menos, siendo el objetivo la generación de renta, así como de capital biológico y social.
Según explicó Pablo Borrelli, líder del proyecto de Ganadería Regenerativa OVIS 21, en su paso por el ciclo de conferencias Aapresid en Casa, los requerimientos en insumos externos de estos modelos son bajos e incluso nulos, y el producto final puede llegar a obtener precios diferenciales, con lo que la rentabilidad puede aumentar notablemente con beneficios para el medio ambiente. “Los productos generados bajo modelos regenerativos se diferencian con denominaciones de tipo “grassfed beef” (o carne a base de pasto) o bienestar animal”, detalló.
En Estados Unidos, según comentó, el consumo de carne terminada a corral está en caída libre frente al crecimiento de la carne producida en pasturas, con elevados estándares de calidad, bienestar animal y menor huella de carbono.
La Ganadería Regenerativa se basa en distintos principios, entre ellos, el de promover el funcionamiento de la llamada “bomba de carbono”. “La Bomba de C emula justamente el funcionamiento de un sistema de bombeo. Tiene una primera fase de acumulación de biomasa aérea y radicular. Las raíces son el principal aporte de C al sistema. El pastoreo actúa reduciendo la parte aérea, activando así una segunda fase de redistribución y desagote de la “bomba” donde las raíces muertas promueven mecanismos de descomposición que transforman los residuos en carbono orgánico. La nueva fase de recarga se activa cuando la mayor disponibilidad de recursos promueve el nuevo crecimiento”, explicó el especialista.
El manejo de los pulsos de pastoreo es fundamental para favorecer los ciclos de carga y descarga de la Bomba de C y mantener así el equilibrio del sistema. Debe evitarse tanto el sobrepastoreo como el sobre-descanso.
“Además del manejo del pastoreo, los sistemas regenerativos exigen ciclos de planificación, monitoreo y control y replanificación que se retroalimentan de forma permanente. Los mismos se basan en el seguimiento de indicadores de mediano y largo plazo, medidos a frecuencias predeterminadas, como cobertura del suelo con especies perennes, tasa de infiltración, biodiversidad, productividad primaria y C del suelo”, explicó Borrelli, y aclaró que esta visión productiva es aplicable a cualquier tipo de producción animal, no solo a bovinos.
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