Entre 2020 y 2021, el australiano promedio consumió 17 gramos por día de sustitutos de la leche láctea, como leche de soja o leche de almendras, según la Oficina Australiana de Estadísticas. El consumo de leche de almendras aumentó un 31 por ciento en comparación con el período de dos años anterior, mientras que la leche de soja experimentó un aumento del 16 por ciento durante el mismo período.

Se puede decir con toda seguridad que las leches vegetales están teniendo su momento de gloria (y en nuestras tazas).

Pero otras formas de productos lácteos están empezando a surgir en la escena láctea, incluida la leche de uno de los animales más sorprendentes: los camellos.

La leche de camello, producida por camellos hembras de manera similar a la leche de vaca, ha sido un alimento básico en las comunidades de Medio Oriente y África durante miles de años.

Ahora, un nuevo estudio ha dicho que, en lo que respecta a las alternativas a los productos lácteos tradicionales, estos podrían ser los que ofrecen el mejor efecto.

La leche de camello, una buena alternativa a los lácteos tradicionales

Un informe de la Universidad Edith Cowan (ECU) publicado la semana pasada concluyó que la leche de camello podría ser una "buena alternativa" a los productos lácteos tradicionales.

La investigación descubrió que la leche de camello contenía más péptidos bioactivos naturales que la leche de vaca. Los péptidos bioactivos son fragmentos de proteínas que benefician los sistemas del cuerpo y la salud en general.

Manujaya Jayamanna Mohittige, estudiante de doctorado en la ECU, afirmó: "Esto es algo positivo. Ahora sabemos que la leche de camello tiene el potencial de ser hipoalergénica (es menos probable que provoque una reacción alérgica) en comparación con la leche de vaca, pero también que tiene un mayor potencial de producir péptidos bioactivos que pueden tener propiedades antimicrobianas y antihipertensivas".

"Estos péptidos bioactivos pueden inhibir selectivamente ciertos patógenos y, al hacerlo, crean un ambiente intestinal saludable y también tienen el potencial de disminuir el riesgo de desarrollar enfermedades cardiovasculares en el futuro".

Sin embargo, Mohittige señaló que la potencia de estos péptidos bioactivos aún necesita más pruebas.

Megan Williams, una productora de leche de camello de Kyabram, una ciudad en el centro-norte de Victoria, cree desde hace mucho tiempo en los beneficios de beber leche de camello, que a menudo es un sustituto para las personas alérgicas a la variedad de vaca.

"Desde el punto de vista nutricional, es naturalmente bajo en grasas y lactosa, y tiene un mayor contenido de calcio, magnesio, potasio y hierro, e incluso contiene vitamina C", dijo Williams a SBS News.

Otro estudio de la Universidad de Melbourne de 2022 descubrió que podría tener otro uso como parte del tratamiento para las personas con diabetes tipo 2. Los investigadores descubrieron que la leche de camello contiene insulina y péptidos similares a la insulina que podrían ayudar a una persona con diabetes a mantener un nivel saludable de glucosa.

Leche de camello, queso e incluso helado

Australia podría ser un lugar privilegiado tanto para la producción como para el consumo de leche de camello debido a nuestro clima semiárido y a la población de camellos existente.

"La leche de camello está ganando atención mundial, en parte debido a las condiciones ambientales. Las zonas áridas o semiáridas pueden ser un desafío para la ganadería tradicional, pero son perfectas para los camellos", dijo Mohittige.

En la década de 1840, se introdujeron en Australia entre 10.000 y 20.000 camellos para ayudar a explorar el interior. En la actualidad, hay más de un millón de camellos salvajes en Australia, según el gobierno del Territorio del Norte.

En 2020, había siete granjas lecheras de leche de camello certificadas en Australia.

stas granjas no sólo producen leche, también producen carne, productos para el cuidado de la piel, queso e incluso chocolate y helado.

En toda Australia, la leche de camello ha comenzado a aparecer en los supermercados, incluidas tiendas de alimentos integrales como Harris Farm Markets y en supermercados halal locales.

Sin embargo, los volúmenes de producción siguen siendo bajos: mientras que las vacas lecheras producen hasta 28 litros de leche al día, los camellos suelen producir alrededor de cinco litros al día.

Esto significa que el coste de la leche de camello puede alcanzar unos sorprendentes 18 dólares por litro.

Alrededor del 81 por ciento de la producción mundial de leche proviene de vacas, y la leche de camello ocupa el quinto lugar, detrás de la de búfalo, cabra y oveja. La leche de camello solo representa alrededor del 0,4 por ciento de la producción mundial de leche.

Otras leches son “igual de buenas”

Pero a pesar de la creciente publicidad, la Dra. Evangeline Mantzioris, directora del programa de licenciatura en nutrición y ciencias de la alimentación de la Universidad del Sur de Australia, dijo que otras leches son "igual de buenas".

"Si lo disfrutas y te gusta su sabor y puedes permitírtelo, no hay problema en tomarlo, pero tus otras leches serán igual de buenas", dijo a SBS News.

Ella dijo que una advertencia es asegurarse de que esté pasteurizada: "Tienes que asegurarte de que esté pasteurizada porque las bacterias crecen en la leche".

Pero aunque Mantzioris dijo que no hay nada intrínsecamente dañino en la leche de camello, no cree que se generalice en Australia debido al precio y, para algunos, al sabor ligeramente salado y terroso.

"Creo que en la actual crisis del costo de vida, la gente podría no optar por usarlo a menos que haya un beneficio específico real para ellos que no pueda ser reemplazado por otro producto lácteo", dijo Mantzioris.

"En cuanto a las distintas leches animales que se encuentran disponibles en el mercado, todas ellas aportan un beneficio diferente. Lo más importante desde el punto de vista nutricional es que contienen calcio, porque de ahí es de donde obtenemos el calcio en nuestra dieta".

Si bien la leche de camello recién está comenzando a consumirse en Australia, ha sido un producto básico durante miles de años en muchas culturas.

"Ha mantenido a las poblaciones en pie durante lo que parecen ser miles y miles de años... las personas de esas culturas, por supuesto, pueden seguir bebiéndolo y consumiéndolo, y eso tiene beneficios", dijo Mantzioris.

"Pero en términos de otras personas a quienes les puede resultar culturalmente difícil consumir leche de camello porque el sabor puede ser muy diferente, no hay nada de malo en seguir bebiendo la leche que beben actualmente, la leche de vaca".

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