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Empezar a tomar leche descremada no evitará la obesidad de los niños

03 de Marzo 2014

Los hallazgos van en contra de una recomendación de la Academia Americana de Pediatría (American Academy of Pediatrics, AAP) y la Asociación Americana del Corazón (American Heart Association, AHA) de que todos los niños beban leche semidescremada  o descremada después de los dos años de edad a fin de reducir la ingesta de grasa saturada y evitar así el exceso de peso.

Un experto no relacionado con el estudio comentó que esto genera preguntas interesantes.

“Durante muchos años, el mensaje a los padres ha sido simple: al cumplir los dos años de edad, se recomienda que el niño pase a beber leche semidescremada o descremada”, afirmó Marlo Mitter, un dietista registrado en el Centro Médico Pediátrico Cohen de Nueva York, en New Hyde Park. Este último estudio dice que tenemos que pensarlo con más detenimiento.

En el estudio, los investigadores recogieron los datos del consumo de leche de 11 mil niños estadounidenses a los 2 y 4 años de edad. Cuando tenían esas edades, se anotó su peso. (Lea: Calidad de la leche y fecundación invitro pisan fuerte en CDT)

La cantidad de niños que tenían sobrepeso u obesidad fue del 30% a los 2 años de edad, y del 32% a los 4 años de edad.

Los niños con sobrepeso u obesidad tenían más probabilidades de beber leche descremada o semidescremada a los 2 años de edad (el 14%) y a los 4 años (el 16%) que los niños con un peso normal (el 9% a los 2 años, y el 13% a los 4 años).

El peso promedio de los niños que bebían leche entera del 2% también era menor que el de los niños que bebían leche descremada o semidescremada, incluso cuando los investigadores tomaron en consideración otros factores, según el estudio publicado el 18 de marzo de 2013 en la edición en línea de la revista Archives of Disease in Childhood.

Cuando analizaron la tendencia del aumento de peso a lo largo del tiempo, los investigadores no hallaron diferencias generales entre los niños que bebían leche descremada o semidescemada y los que bebían leche entera del 2%

No obstante, los niños que bebían regularmente leche descremada o semidescremada y no tenían sobrepeso u obesidad a los 2 años de edad tenían un 57 más de probabilidades de acabar teniendo sobrepeso u obesidad a los 4 años de edad, indicaron los investigadores.

La lógica diría que dar a los niños leche semidescremada  les ayudaría a evitar un exceso de peso, pero la realidad es más compleja, explicó el director del equipo de investigación, Mark Daniel DeBoer, profesor asociado en la división de endocrinología pediátrica de la Facultad de Medicina de la Universidad de Virginia.

Sugirieron que la grasa de la leche puede aumentar el sentimiento de estar saciado y reducir así las ganas del niño de comer otros alimentos grasos o ricos en calorías.

Mitter estuvo de acuerdo en que la teoría puede ser acertada. Surgen muchas preguntas sobre cuánta leche beben [los niños] y sobre la cantidad que consumen en general.

Así que, mientras la AAP y la AHA mantienen su recomendación, hay más cosas a tener en cuenta a la hora de pensar en la dieta general del niño, afirmó Mittler. Pasar a tomar leche descremada o semidescremada  puede no ser la única respuesta para evitar la obesidad. (Lea: Población de estratos bajos consume medio vaso de leche al día y cruda)

Según los autores del estudio, más que dar leche semidescremada o descremdada  a los niños, los padres podrían ir mejor encaminados poniendo en práctica algunas medidas de control del peso comprobadas, como puede ser aumentar el nivel de actividad física de los niños, que coman fruta y verdura, restringir la ingesta de bebidas azucaradas y limitar el tiempo que pasan delante de la televisión y la computadora, sugirieron los investigadores.

En cambio, otro experto defiende las recomendaciones de la AAP y la AHA de dar a los niños leche descremada o semidescremada  tras cumplir los dos años de edad.

En su opinión, “los niños del estudio tendrían un porcentaje mayor de obesidad si hubieran bebido leche entera”, aseguró el Dr. Peter Richel, jefe de pediatría del Hospital de Northern Westchester en Mt. Kisco, Nueva York.

El grado de obesidad citado en el estudio se debe probablemente a nuestros hábitos culturales occidentales de tomar, de forma innecesaria, porciones más grandes y el consumo de azúcar. Aunque el estudio encontró una asociación entre el consumo de leche descremada y semidescremada  y un peso excesivo en niños en edad preescolar, no demostró que exista una relación causal.

Fuente: Archives of Disease in Childhood