Se trata de un queso con muchas posibilidades en la cocina. Puedes incluir el Gorgonzola en los siguientes platos:

1. En una pasta al Gorgonzola: se mezcla el queso con nata, ajo y pimienta negra para crear una salsa cremosa para acompañar pasta como tagliatelle o gnocchi.

2. Como topping para una pizza: añadido en la pizza con ingredientes como nueces, miel y salmón ahumado para equilibrar el sabor fuerte del queso.

3. En una ensalada de lechuga con peras y Gorgonzola: se combina lechuga, peras, nueces y queso Gorgonzola con una vinagreta de balsámico para un equilibrio perfecto de dulce y salado.

Otros consejos para el queso Gorgonzola

Lo que puede hacer especial a un plato que contenga Gorgonzola es su capacidad para complementar otros ingredientes y equilibrar sabores. Algunas maneras de lograr esto incluyen:

1. Jugar con texturas: combinar el queso cremoso y suave del Gorgonzola con ingredientes crujientes como nueces o frutas secas puede añadir textura y contraste al plato.

2. Equilibrar el sabor fuerte: el sabor fuerte del Gorgonzola puede ser equilibrado con otros ingredientes dulces o agridulces, como la miel, la melaza de arce o las peras.

3. Añadir especias: añadir especias y hierbas frescas, como la pimienta negra, el romero o el tomillo, puede enriquecer el sabor del Gorgonzola y añadir un toque extra de sabor.

En resumen, la clave para hacer especial un plato con Gorgonzola es jugar con diferentes sabores y texturas para crear un equilibrio perfecto y complementar el sabor fuerte y único del queso.

El queso Gorgonzola es como sabemos un queso italiano PDO con características nutricionales únicas. Es una fuente de proteínas de alto valor biológico, contiene ácidos grasos esenciales, vitaminas y minerales. Una porción de 28 gramos de queso Gorgonzola contiene aproximadamente 7 gramos de proteína, 7 gramos de grasa, 0 gramos de carbohidratos y 100 calorías. El queso Gorgonzola también es rico en vitamina B12, calcio, fósforo, zinc, magnesio y selenio. Además, contiene pequeñas cantidades de vitamina A, tiamina, riboflavina, niacina, ácido fólico, yodo y vitamina D.

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