En los últimos años, el consumo de quesos ha aumentado significativamente debido a su alto valor nutricional y delicioso sabor. Lamentablemente, el éxito de este superalimento ha dado pie a una alarmante práctica: la adulteración y falsificación de quesos.
El médico comenzó su explicación precisando que al adicionar cuajo a la leche líquida para preparar queso, se separa la parte sólida de la líquida, la cual se queda con la gran mayoría de la lactosa (el azúcar de la leche). En consecuencia, el queso es muy bajo en lactosa o azúcar.
«Pero como es un buen alimento, lamentablemente también se ha adulterado, se ha falsificado y nos han hecho creer que muchos productos industrializados pueden ser queso y eso es completamente falso», indicó. (Lea en CONtexto ganadero: Quesos análogos siguen preocupando a los productores colombianos)
Por este motivo, vamos a revisar tres claves que se deben tener en cuenta según el experto colombiano, muy reconocido en redes sociales (solo en Instagram cuenta con más de 1,1 millones de seguidores), para adquirir un producto real y descartar las falsas imitaciones.
Apariencia
El queso genuino es imperfecto por naturaleza, con una textura heterogénea e incluso pequeños orificios. Por otro lado, los quesos falsos lucen sospechosamente lisos, planos y perfectos, casi como plástico. Los adulterados, aunque menos perfectos que las falsificaciones, también exhiben una apariencia demasiado uniforme y sintética.
Aroma
Acérquese y aspire profundamente. ¿Percibe un olor fuerte y artificial? Entonces, es muy probable que esté ante un queso falso o adulterado. El queso real exhala un aroma suave y natural a leche fresca. «El olor no es tan fuerte», precisó el endocrinólogo.
Temperatura
Cuando se calienta, el queso auténtico se gratina formando una superficie lisa y chiclosa, mientras que los adulterados pueden tener una textura arenosa y poco apetitosa. (Lea en CONtexto ganadero: Las múltiples problemáticas que afectan el pago de la leche a los productores)
La lista de ingredientes: el secreto a voces
Antes de adquirir un queso, si este está empacado, debe leer muy bien la lista de ingredientes. Un queso genuino solo debe contener leche, cuajo, sal y, opcionalmente, cultivos probióticos o cloruro de calcio como estabilizante.
Los falsos quesos están hechos con una mezcla de aceites vegetales, colorantes y almidones, pero ni un rastro de leche. Por su parte, a los adulterados se les agregan mantequillas, margarinas, cremas, sueros, saborizantes artificiales y conservantes.
No se deje engañar por imitaciones baratas que ponen en riesgo su salud y su paladar. Siga estos consejos y disfrute del verdadero y nutritivo queso. Recuerde, la lectura detallada de la lista de ingredientes es la clave para descubrir si lo que lleva a la mesa es un tesoro lácteo o una farsa ultraprocesada.
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