El sentido común dicta que no deberíamos consumir carne cruda, pero como se indica en Cuídate Plus, algunas personas optan por esta actividad con la idea de que la carne cruda conserva todos los nutrientes. Esto es cierto, pero de igual manera no justifica el riesgo.
A continuación, detallaremos los riesgos de salud asociados al consumo de carne cruda, principalmente la exposición a bacterias y enfermedades. Mencionaremos también qué personas son especialmente susceptibles a complicaciones por esta actividad.
Riesgos asociados al consumo de carne cruda
En primer lugar, vale indicar que la cocción de la carne elimina todo parásito o bacteria que pueda estar en la carne. Si se consume cruda, dichos parásitos y bacterias serán absorbidos por el cuerpo, lo que puede originar una situación de intoxicación alimentaria.
Los principales microorganismos que podemos encontrar en una pieza de carne cruda son parásitos como el toxoplasma Gondii, y también bacterias como:
- Escherichia Coli
- Vibrio Cholerae
- Listeria monocytogenes
- Salmonella
- Campylobacter
- Yersinia
- Clostridium
La Escherichia Coli es una bacteria especialmente peligrosa porque su consumo nos hace más susceptibles a desarrollar anemia, déficit de plaquetas, y también fallo renal agudo. Ella solo puede contraerse a través de la alimentación, a diferencia de otras.
Por su parte, la salmonella se encuentra mayormente en la carne de pollo. Esta bacteria está asociada a la salmonelosis, enfermedad que origina fiebre alta, diarrea, náuseas, vómitos y otros síntomas.
El consumo de carne cruda también puede fomentar estreñimiento y malestar estomacal porque se hace más difícil de digerir que cuando está cocida. Esto ocurre especialmente en las personas que son estomacalmente sensibles.
La carne cruda o poco cocida del jabalí o del cerdo puede provocar triquinosis, un gusano intestinal cuyas larvas viajan por el cuerpo y dejan quistes en los músculos.
Personas de riesgo
Hay personas que no deberían consumir carne cruda bajo ninguna circunstancia porque ellas son las más susceptibles a los peligros que ella tiene para ofrecer. En general, nos referimos a quienes tienen un sistema inmune debilitado o comprometido, como por ejemplo:
- Personas con defensas bajas
- Enfermos crónicos de cáncer
- Diabetes
- Enfermos del corazón
- Pacientes de enfermedades autoinmunes
- Personas con infecciones crónicas o agudas
- Personas de la tercera edad
Los niños tampoco deben comer carne cruda porque su sistema inmune todavía está desarrollándose. Tampoco se aconseja que lo hagan las mujeres embarazadas ya que las bacterias pueden pasar al feto y dar lugar a infecciones fetales.
Los adultos sanos con gastritis o con problemas que afecten el colon, vesícula, hígado o páncreas tampoco deberían consumir esta carne dado que no podrán digerirla adecuadamente.
El consumo de carne cruda no está recomendado en ninguna circunstancia, y no debería ser una actividad frecuente por ninguna persona que aprecie lo suficiente su estado de salud digestiva por las posibles complicaciones que puede padecer posteriormente.
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