En cuanto a sus aportes nutricionales las carnes rojas tienen dos caras. Por un lado son fuente de proteínas, hierro, zinc y vitamina B12. Pero si no se consumen en forma y cantidad prudente pueden derivar en colesterol alto y, en el peor de los casos, en problemas cardiovasculares u obesidad.
A continuación te contamos cómo, cuándo y de qué forma consumir carnes rojas para que, además de ricas, sean un alimento sano:
1) No comer carne todos los días Una dieta saludable no debería exceder los 210 gramos semanales de carne roja, es decir: comerla solo una o 2 veces por semana. Algunos nutricionistas son un poco más permisivos, pero todos coinciden en que el consumo diario acarrea consecuencias negativas. (Lea: Propiedades y beneficios de comer carne magra)
2) Elegir cortes magros Para no sumar grasas innecesarias, siempre es preferible elegir cortes magros. Entre los vacunos, nalga, lomo, peceto y cuadril son algunos de los más populares. La carne de cerdo también es una opción saludable, aunque no todos sus cortes. La bondiola, por ejemplo, es mucho más grasa que el solomillo (que según un estudio del Institute of Food Technologists es tan magro como una pechuga de pollo sin piel). Un dato: en el cerdo, el 70 % de la grasa se localiza debajo de su piel. ¡Mejor obviar la panceta!
3) Comprar con cuidado En la carnicería, hay que prestar atención. La porción que vayas a elegir tiene que ser de un rojo vivo y de consistencia firme: ni seca, ni dura, sino suave y elástica. De lo contrario, te están vendiendo carne vieja o en mal estado. (Lea: ¿Cuánta carne roja deberíamos comer?)
4) Quitarle la grasa Al momento de cocinar, debés retirar la grasa de la carne, especialmente las partes que se tornaron amarillentas. Si bien algunos eligen dejar una pequeña cantidad para lograr bifes más sabrosos, lo saludable es retirarla toda.
5) Usar aceite de canola u oliva Si vas a hacer un bife a la plancha o si tienes que sellar un cuadril antes de meterlo en el horno, lo aconsejable es que lo hagas con poco aceite y que, idealmente, sea de canola u oliva. Nunca manteca.
6) No freir Las milanesas fritas son deliciosas, pero absorben una importante cantidad de aceite. Al horno, en cambio, el aporte de grasa es bajo y se reduce el consumo de calorías. Eso sí: hay que cuidar la cocción para que no se sequen. (Blog: Hablemos de carne)
7) Usar una rejilla Si haces carne al horno, ponla sobre una rejilla ubicada en la asadera. De esta forma, evitas que se cocine en su propia grasa. Para hidratar y que la carne no salga seca, coloca en la asadera un chorrito de agua.
8) Cocinar en papillote Una opción para no agregar aceite a la cocción es preparar la carne al horno en papillote, es decir: envuelta en papel de aluminio. De esta forma, la carne se cocinará al vapor. Ideal condimentar con vegetales, hierbas y especias. Antes del final, conviene destaparla unos minutos para que se dore. Fuente: http://www.planetajoy.com/?8_tips_saludables_para_disfrutar_de_las_carnes_rojas&page=ampliada&id=5013