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Agroforestería Pecuaria: producción ganadera sustentable en México

por: - 31 de Diciembre 1969

Son sistemas económicamente rentables porque minimizan la dependencia de insumos externos y mejoran los indicadores productivos, los cuales manejados adecuadamente contribuyen a la regeneración de los recursos naturales dañados por prácticas agrícolas y forestales convencionales.

Justificada o injustificadamente, la ganadería en el mundo y en México está siendo cada vez más cuestionada por sus impactos negativos al ambiente, lo que demerita su importante papel en la producción de alimentos y demás satisfactores de origen animal. Con o sin razón se le acusa de causar deforestación y pérdida de biodiversidad, de compactación y erosión de suelos, de utilización de agua potable y de contaminación de acuíferos, de degradación de pasturas, y de contribuir al cambio climático por la emisión contaminadora de gases de efecto invernadero.

La ganadería bovina en México es una actividad practicada por más de un millón de ganaderos, ejidatarios y pequeños propietarios que tienen menos de 35 cabezas de ganado por familia, con bajos indicadores productivos, basado en monocultivo de pastos, expuestos a una estacionalidad climática errática enfrentada a través de la compra de alimentos y otros insumos, con baja rentabilidad y son quienes cargan con los mayores riesgos de la cadena productiva; esto exacerbado por la actual crisis sanitaria del COVID-19. Estos productores están ligados a un sólido sector ganadero agroindustrial de producción de carne que inclusive exporta, cuestionado por sus prácticas intensivas y contaminantes, pero con un dinámico crecimiento económico en los últimos años.

Pero ¿cuáles alternativas existen o se pueden utilizar para desarrollar una ganadería sustentable?

Una de ellas y de manera relevante es la agroforestería, que plantea la presencia de árboles o plantas similares en las tierras utilizadas con cultivos agrícolas y/o con ganadería. La agroforestería es una ciencia, cultura y arte, en donde existen conocimientos científicos y tecnológicos, teóricos y prácticos, modernos y ancestrales, con enormes ventajas dada la biodiversidad de nuestro país para el fomento de especies nativas o naturalizadas; ello lleva a un replanteamiento del enfoque ganadero en México y el mundo.

De ella se deriva la agroforestería pecuaria que considera a los sistemas silvopastoriles (árboles + ganadería) y agrosilvopastoriles (árboles + agricultura + ganadería) como propuestas clave en la recuperación de los recursos de agua, suelo y cobertura vegetal, lo que repercute en la salud ambiental y apuntala el propósito de lograr una soberanía alimentaria, fomentada por el Colegio Mexicano de Agroforestería Pecuaria y la Red Temática en Sistemas Agroforestales (REDSAM). Son sistemas económicamente rentables porque minimizan la dependencia de insumos externos y mejoran los indicadores productivos, los cuales manejados adecuadamente contribuyen a la regeneración de los recursos naturales dañados por prácticas agrícolas y forestales convencionales, embellecen el paisaje y, socialmente sirven para dar empleo y viabilidad en zonas marginales.

La agroforestería pecuaria plantea la transformación del paisaje tradicional ganadero a través de dar respuestas a los diferentes problemas ambientales, económicos o sociales del sector con la integración de los árboles, arbustos, bambú, palmeras y hierbas gigantes. Por sus componentes, arreglo espacial, temporalidad y manejo del ganado, se clasifican como: cercas vivas, cinturones de protección, plantaciones en linderos, pasturas en callejones con árboles en baja y alta densidad, árboles en potreros, bancos de proteína, pastoreo de vegetación secundaria, pastoreo en huertos frutales y pastoreo en plantaciones forestales.

Es un enfoque ambientalmente amigable, que rompe con la creencia promovida por la “Revolución Verde” de que los árboles son incompatibles con la ganadería y posibilitan la conservación y hasta la restauración de los recursos naturales, utilizados productivamente, dada su coexistencia y sinergia. Cuestiona el refrán “de que patas o matas”, como lo señalan muchos productores, justificación utilizada para la eliminación de los árboles y la siembra de sólo pastos y forrajes en los ranchos.

Asimismo, desecha la idea de que el ganado solo se alimenta de pasto o que la presencia de árboles resta espacio en los potreros y limita el consumo de pasto por el ganado; aspectos relacionados con el desconocimiento o pobre valoración de las aportaciones nutricionales que tienen los árboles cuando se ofrecen de manera racional. Es una opción sustentable para la ganadería porque aborda la condición de la sequía en forma integral y en armonía con la naturaleza, al ofrecer follaje y/o frutos como recurso forrajero catalítico para el aprovechamiento de pastos y forrajes por el ganado.

Los árboles que dan una sombra moderada ofrecen beneficios para el ganado, el pasto y suelo. El ganado muestra mejor comportamiento por el bienestar que se genera, optimiza los alimentos consumidos con una mayor conversión, disminuye el consumo de agua, mejora la ganancia de peso, rendimiento de lana, incrementa la producción de leche en uno a dos litros más en la ganadería tropical, la sombra genera impactos positivos en la reproducción; con una adecuada edad a la pubertad, regularidad de ciclos estrales, mejora la libido, la calidad de semen se incrementa, la tasa de concepción se mejora, con menores pérdidas embrionarias y favorable respuesta inmunológica contra enfermedades.

Además, estos sistemas logran aumentar en cantidad y calidad el forraje disponible, lo que favorece el incremento en carga animal y el ahorro es de un 25 hasta el 90 % de los costos de alimentación por producirlos en el rancho. Aspectos relevantes que son necesarios difundir para promover un cambio cultural en la ganadería.

Por la multifuncionalidad de los árboles permite nuevos enfoques productivos como parte del socio ecosistema, que podrían desarrollarse en los ranchos ganaderos, pues no sólo son alimento o especies forestales tradicionales, también funcionan como linderos, cercas rompevientos, melíferas, sustitutos de jabón, elaboración de champú, curtiduría, tinta de alta calidad, medicinales, producción de herramientas, muebles y construcciones rurales, producción de carbón, cercos vivos, para la administración del pastoreo y favorables para el paisaje.

Ambientalmente la agroforestería pecuaria es la mejor opción para enfrentar el cambio climático; los árboles en los sistemas ganaderos ayudan en la captura de carbono, mejoran el microclima, incrementan la fertilidad del suelo y la biodiversidad, son fuente de leña, aporte de hojarasca, favorecen la avifauna e incrementa el valor de la tierra, ante un panorama tradicional de monocultivo de pastos. Sin duda, técnica y socialmente permite desarrollar una ganadería sustentable en México que ayuda contra los riesgos climáticos de sequía o inundación.

La agroforestería no sólo es plantar algunos árboles en los potreros ni sumarse a los programas de reforestación. Es un cambio de mentalidad en la forma de vivir y en el desarrollo sustentable de socio ecosistemas ganaderos, en donde se valoren sus ventajas, funciones y beneficios, y a la vez se conozcan sus limitantes para que su integración sea efectiva, en un entorno dinámico, dominado por el cambio climático y la recesión económica.

Quienes desarrollamos y promovemos estos sistemas debemos preguntarnos junto con los productores: ¿Cuáles son los objetivos en la siembra o plantación de los árboles en el rancho? ¿Cuáles son las especies importantes de fomentar? ¿Cuáles son sus ventajas o limitaciones? ¿Qué aspectos legales se deben considerar para tener buenas experiencias? ¿Existe disponibilidad de semilla o planta para su implementación? ¿Se conoce la velocidad de crecimiento y adaptación a la zona? ¿Qué ajustes se deben introducir en el manejo del ganado durante el periodo de siembra, establecimiento y utilización de los árboles? ¿Qué política pública debe existir para su fomento? Son aspectos que determinan los resultados entre los productores, además de las implicaciones económicas y sociales que tienen para su inversión y aprovechamiento por el ganado en pastoreo, dado que el tiempo invertido es un factor determinante en su adopción, adaptación y desarrollo. Lo que muchas veces restringe a los ganaderos a implementar estos sistemas, asociado a que valoran que tienen árboles en sus ranchos y consideran innecesarias estas prácticas.

Por lo tanto, la integración de actores comprometidos, conocimiento científico y política pública que favorezca la agroforestería pecuaria es una excelente combinación para la generación de una ganadería sustentable en México y el mundo.

Texto original en el siguiente enlace.