Los países de Sudamérica se están posicionando como algunos de los lugares del planeta con mayor potencial para atender la demanda mundial de alimentos con un enfoque de sustentabilidad, basados en los avances de la ciencia y la tecnología.
Así se planteó durante el World AgTech South América Summit que se realizó en San Pablo (Brasil) y que reunió en un mismo espacio a los emprendedores tecnológicos del agro, inversores y la industria de la protección de cultivos y semillas.
Allí se indicó que el escenario de la inteligencia artificial no es de ciencia ficción: ya está ocurriendo. “La startup argentina Deep Agro utiliza estos chips para la pulverización inteligente”, señaló José Gobbée, líder de The Context Network, una consultora especializada en tecnología para el agro, citado por el diario La Nación, de Argentina.
Otro ejemplo del avance tecnológico que la producción puede aprovechar es la baja del costo de la tecnología. “Por diez dólares por mes se obtienen imágenes satelitales en un lapso muy corto”, dijo Gobbée. Además, Google tiene un proyecto en sus plataformas de inteligencia artificial especializado en agricultura que apunta al mapeo de malezas en el campo.
Por su parte, Tomás Peña, de Yield Lab Latam, citado por el mismo diario indicó que la inteligencia artificial será la vía por la cual se integrarán las distintas plataformas y aplicaciones que hoy están disponibles para el agro y que requieren de integración. (Lea en CONtexto ganadero: Tecnología, clave para el desarrollo productivo de la ganadería)
Entre tanto, el portal infocampo.com.ar cita al director de Digital y Nuevos Modelos de Negocios BASF Agro América Latina, Almir Araújo Silva, quien puso como ejemplo un dron que ingresa a un lote, toma imágenes del mismo y, mediante el análisis con software entrenado con inteligencia artificial, determina cuáles son las zonas que tienen malezas prescribe una aplicación sectorizada y específica de herbicidas.
El resultado es un ahorro de alrededor del 60 % no solo en el uso de agroquímicos, sino también en la cantidad de agua, aportando al objetivo de una mayor sustentabilidad, tanto ambiental como social y económica, de los sistemas productivos.
Tendencias
Araújo Silva, señaló que “el uso de las tecnologías digitales está aumentando por parte de los productores en América Latina. Cuando se compara con otras partes del mundo, es impresionante cómo la región está avanzando en este tema”.
Las tecnologías que más están creciendo son las que ayudan a hacer aplicaciones variables para utilizar los insumos de una forma mucho más precisa.
Otra de las tendencias que vislumbra es “la adopción de plataformas online para llevar productos y servicios en un formato ciento por ciento digital”. Este proceso se da en paralelo con el crecimiento en el número de startups en América Latina. (Lea en CONtexto ganadero: El uso de la tecnología de manera responsable)
Igualmente, expresó que a futuro está la generación de créditos de carbono. “Aquí son claves las tecnologías digitales porque podemos tener toda la información del suelo, ayudar a las mejores prácticas agronómicas y formalizar los registros de todas las etapas de la campaña agrícola para determinar los créditos de carbono a los que los agricultores tienen derecho”.
En el caso de la tecnología para el agro, Varina Baldi, cofundadora y CEO de Magoya, cree que falta una nueva etapa en el desarrollo de las tecnologías de las AgTech y de la agricultura digital que es la integración entre las diferentes plataformas y programas que brindan soluciones a las empresas.
Además de los avances en tecnologías es clave el trabajo colaborativo. Uno de los casos presentados en el encuentro de San Pablo fue el de la Red de Innovación Agropecuaria (RIA) que agrupa a unas 14 empresas del agro argentino, que van desde 20.000 a 200.000 hectáreas, en la que comparten información sobre la adopción de tecnología, la innovación y la sustentabilidad.
“Hay muchas tecnologías que agregan valor, trabajamos juntos para ver cuáles se adaptan a nuestras necesidades”, indicó Pedro Halle, coordinador de RIA. Entre otros objetivos, lograron bajar un 70 % los costos de aplicación en la zona central del país al utilizar sensores y herramientas de inteligencia artificial sobre los cultivos.