Ante la crisis energética que vivió Colombia por cuenta del fenómeno de El Niño y las dificultades de los embalses por la escasez de agua, el fondo viene recogiendo firmas con el objetivo de que el Gobierno establezca un plan de energías sustentables a 2030 y el camino para consolidarlo.   Colombia viene saliendo de uno de los fenómenos de El Niño más críticos de su historia. La ausencia prolongada de precipitaciones no solo afectó la producción agrícola y pecuaria de la nación, la capacidad de los embalses cayó a niveles históricos, lo que generó todo tipo de campañas en favor del ahorro de energía. (Lea: Energías renovables tendrán su oportunidad en el sector rural)   Ante tal crisis, el Fondo Mundial para la Naturaleza, WWF en Colombia (por sus siglas en inglés), viene promoviendo la recolección de firmas con el propósito de que el país aproveche el potencial que tiene en fuentes no convencionales para generar energía como es el caso de la solar y eólica.   De acuerdo al texto presentado por la entidad, el 70 % de la electricidad del país se produce a partir con las fuentes hídricas, las cuales son muy vulnerables al cambio climático. Cerca del 30 % de la energía restante proviene de termoeléctricas que usan gas, carbón y diésel para generar electricidad, mientras que apenas 0,13 % es de fuentes de energía renovables como el viento.   “En épocas de sequía (que con el cambio climático son cada vez más frecuentes e intensas) la dependencia de la generación hidroeléctrica aumenta el riesgo de quedarnos sin energía eléctrica, tal como lo estamos viviendo actualmente. Si esto sucede, el efecto lo vamos a sentir en las ciudades y en el campo, en colegios, universidades, oficinas, tiendas, en nuestras propias casas y las cosas más simples se volverán complicadas”, reseña la fundación en su portal.   Por esas razones, la WFF viene pidiéndole al Gobierno Nacional la construcción de un plan ambicioso en donde se trace la hoja de ruta que seguirá el país para introducir energías limpias.   “Colombia es un país privilegiado con enormes potenciales de explotación de estas fuentes. Solo en energía solar el país se encuentra por encima del promedio de radiación solar mundial e incluso en algunos lugares como La Guajira duplica este valor. Algo similar sucede con la velocidad de nuestros vientos y el potencial geotérmico de nuestras zonas volcánicas”, añade el documento difundido por la entidad.   Con las firmas que viene recogiendo el fondo, que ya suman más de 6.000, pretenden que el Estado proponga un proyecto con energías renovables a 2030. Esa estrategia debe ir acompañada de un plan para llevarlo a cabo, lo que les permitirá a las nuevas generaciones contar con alternativas reales en materia energética, que no dependan de los combustibles o el agua. (Lea: Presentan guía gratuita sobre el uso de energías renovables)   Jens Mesa Dishington, presidente ejecutivo de la Federación Nacional de Cultivadores de Palma de Aceite, Fedepalma, en días pasados habló con este diario sobre las energías renovables. Afirmó que una de las razones por las cuales el Gobierno nacional y las empresas públicas y privadas no han visto en la palma la solución a la escasez de combustibles y de energía eléctrica es por la “petróleo – dependencia”.   “El país también es dependiente de la energía hidráulica y eso es lo único que les cabe en la cabeza a estas personas a cargo de entidades públicas; pero el mundo lo que nos muestra es la diversificación y allá debemos llegar si queremos minimizar riesgos. En algunos gobiernos, Colombia ha tenido estrategias en el uso de varias materias energéticas y por eso nació el programa de biocombustibles, el cual consiste en usar el aceite de etanol, proveniente de la caña y la palma”, añadió Mesa.   Ley 1715 de 2014, un espaldarazo a las energías renovables   El 5 de agosto de 2014, fue lanzada la Ley para la integración de las energías renovables no convencionales al Sistema Energético Nacional, cuyo ponente fue en su momento el senador José David Name, quien manifestó en su momento a un portal especializado que la legislación le permitiría al país evaluar nuevas fuentes de energía para enfrentar una futura crisis energética. (Lea: Uso de energías renovables reduce cobro del servicio de luz)   Uno de los artículos de la ley revela la creación del Fondo de Energías No Convencionales y Gestión Eficiente de la Energía, Fenoge, el cual debería financiar programas de gestión eficiente de energía y cuyos recursos deberían provenir del Estado u otro tipos de entidades públicas y privadas.   “Con los recursos del fondo se podrán financiar parcial o totalmente entre otros, programas y proyectos dirigidos al sector residencial de estratos 1, 2 y 3, tanto para la implementación de soluciones de autogeneración a pequeña escala, como para la mejora de eficiencia energética mediante la promoción de buenas prácticas, equipos de uso final de energía, adecuación de instalaciones internas y remodelaciones arquitectónicas”, detalla el artículo 10 de la legislación.   No obstante, el artículo 11 de la Ley tiene varios aspectos interesantes para los colombianos, ya que habla de los incentivos que ofrece a aquellos que hagan inversiones en la materia, especialmente aquellos que declaran renta. (Lea: Asocaña, comprometido con la producción de energías renovables)   “Los obligados a declarar renta que realicen directamente inversiones en este sentido, tendrán derecho a reducir anualmente de su renta, por los 5 años siguientes al año gravable en que hayan realizado la inversión, el 50 % del valor total de la inversión realizada”, advierte.   Los interesados en conocer a profundidad la Ley y sus beneficios, pueden hacerlo en este enlace.