El uso de monocultivos en explotaciones agropecuarias no solo ha sido revaluado por su menor eficiencia, sino que incluso puede tener efectos nocivos. Además de ser más susceptibles de plagas, provocan erosión, esterilizan el suelo y lo secan, así como facilitan los incendios.
Los monocultivos causan efectos nocivos como la alteración del ciclo hidrológico en los territorios, la transformación de la abundancia y composición de especies de fauna y flora, la erosión de la tierra, y la modificación de la estructura y composición de los suelos.
Así lo indicó el Instituto Humboldt, citado por la Red de Desarrollo Sostenible, donde revela que hay un Día Internacional de Lucha contra los Monocultivos de Árboles, que se celebra el 21 de septiembre. (Lea: Agricultores de Boyacá le apuestan a diversificar sus cultivos)
Según De Camino y Budowski, todo monocultivo es susceptible de plagas, “algunos más que otros y desde luego según la región, trátese de especies nativas o exóticas”. Sin embargo, hay maneras de reducir estos riegos, usando técnicas como las siguientes:
- Selección genética de variedades resistentes.
- Medidas silviculturales como podas y raleos que aseguran árboles sanos y fuertes.
- Evitar la continuidad de copas y del monocultivo sobre superficies muy grandes.
- Plantar dos o más especies para cortar el monocultivo.
Otra opción es adicionar árboles nodriza de especies de crecimiento rápido como Erythrina spp. que “se podan drásticamente una o dos veces al año, para que nunca se proyecten sobre la copa de los árboles plantados, y para eventualmente cosechar la madera”.
Los árboles nodriza tienen virtudes teóricas como proveer sombra lateral y mulch proveniente de las podas que aporta nutrimentos por la fijación de nitrógeno y “se crean canales de aireación que mejoran los suelos, especialmente los más compactados”.
Los monocultivos esterilizan el suelo y provocan erosión
Primeramente, es importante establecer que si se toman las medidas adecuadas, una plantación forestal da protección suficiente al suelo. En tanto que el índice de protección de esta es de 0,9, el de un cultivo limpio de subsistencia es de 0,1 y el de un potrero es 0,4.
La erosión en las plantaciones se puede presentar durante la preparación del suelo si se emplean prácticas como la remoción de la vegetación original y la posterior quema de los restos vegetales. Adicionalmente, en algunos casos, se prepara el suelo con maquinaria.
Los supuestos efectos negativos incluyen que “el suelo se descubre totalmente de vegetación cuando menos por un año o dos hasta que se cierren las copas y crezca vegetación en el suelo del bosque. En estas condiciones las lluvias y los vientos pueden ser altamente erosivos”.
Por falta de un sotobosque suficientemente denso, se puede aumentar el peligro de escorrentía y, por lo tanto, de erosión del suelo y deterioro de la calidad del agua. (Lea: En SSPi la carga de garrapatas puede ser inferior a la de sistemas de pastoreo en monocultivo)
La corta final tiene también como efecto dejar un suelo sin vegetación, al descubierto y, por lo tanto, susceptible de erosión eólica y erosión hídrica, si bien las raíces de los árboles cortados siguen amarrando el suelo por meses y aún por años antes de su descomposición.
En las plantaciones forestales el suelo se descubre sólo una vez durante la rotación; es decir, de cada siete a 30 años. En cambio, con la agricultura hay roturación anual y con la ganadería convencional hay compactación y erosión por acción del pisoteo del ganado.
Los monocultivos facilitan los incendios
Los incendios no solo ocurren en plantaciones forestales, también en el bosque secundario, primario y en los pastizales, especialmente en la estación seca en las zonas de bosque seco. (Lea: Leguminosas y pasto reducen emisiones contaminantes del ganado)
Es así como todos los años hay incendios de sabana que causan daño a la fauna principalmente y al suelo, que puede perder nutrimentos por la erosión eólica de las cenizas. Además, el fuego incontrolado de las fincas es la mayor amenaza para las plantaciones forestales.
Para evitar los incendios, enumeraron algunas prácticas que se pueden aplicar:
- Implementar sistemas de alerta
- Trazar corta fuegos, manteniéndolos limpios de material combustible y de ancho variable según la ubicación
- Plantar varias líneas de especies arbóreas resistentes al fuego o con sombra densa que no permita el crecimiento de vegetación inflamable cerca del suelo
- Realizar quemas controladas para algunas especies como Pinus spp. y Tectona grandis, que después de la etapa juvenil desarrollan cortezas gruesas resistentes al fuego