En el marco de XLIII Congreso Nacional de Cultivadores de Palma de Aceite se dieron a conocer varios casos de éxito con los que se demostró que el trabajo asociado y el uso de nuevas tecnologías hace más rentable a esta agroindustria. Durante el segundo día del XLIII Congreso Nacional de Cultivadores de Palma de Aceite, organizado por la Federación Nacional de Cultivadores de Palma de Aceite, Fedepalma, se llevó a cabo el panel de algunos casos destacados de innovación a nivel empresarial. En dicho espacio los líderes empresariales contaron la historia de sus compañías, las principales dificultades y lo que hicieron para aumentar sus niveles de productividad y competitividad a nivel nacional. Varios de ellos mencionaron que lo que buscan actualmente es comercializar sus productos a nivel internacional. (Lea: Transferencia de información se impone en el sector palmicultor) Uno de esos casos fue el de la Hacienda La Cabaña, ubicada en los Llanos Orientales y fundada en 1961. Es una empresa dedicada a la explotación industrial de la palma de aceite que contribuye al desarrollo e investigación de materiales híbridos a partir del cruce de semillas como Elaesis Oleifera y Elaeis Guineensis, un árbol que tiene el potencial de generar 25 toneladas de fruta por 18 % de extracción “Ese proceso lo iniciamos en los 90 y el apostamos al OxG, porque sería la mejor respuesta al reto de la PC (enfermedad de la Pudrición del Cogollo), una alternativa genética, era algo que no conocíamos. Ni siquiera sabíamos que el híbrido necesitaba polinización”, indicó Camilo Colmenares, vocero de Hacienda La Cabaña. Según el experto, el avance se dio gracias a una alianza científica con el Cirad en 1991, la cual sigue vigente. “Teníamos varios objetivos el más importante es la genética. Entonces, empezamos con pruebas de cruzamientos Carì por La Mè, hicimos ensayos en fertilización, pruebas en densidades de siembra, desarrollo de la polinización asistida, protocolo de cosecha y estudio de plagas y enfermedades del híbrido”, detalló. En 2002 se lanzaron las primeras ventas de semillas comerciales de Híbrido OxG La Cabaña – Cirad, “teníamos un aceite desconocido en 2002 y de ahí nos surgió otro reto: el tema de mercado, esa fase es absolutamente crítica, porque es un producto diferente, pero hemos logrado abrir el mercado y ahora tenemos productos en tiendas como Makro. Este producto se volvió una alternativa comercial ya que puede reemplazar el aceite de soya, aún en climas fríos”, agregó Colmenares. (Lea: Biomimética: cuando la tecnología copia a la naturaleza) “Los palmicultores deben apostarle al tema de las alianzas” Walter Ritzel Feske, gerente agroindustrial de Daabon S.A., explicó que la empresa tomó la decisión de comercializar su producto en el exterior y buscar un valor agregado. En la actualidad, el 100 % de la biomasa es producida en la planta de beneficio; adicional a ello, la empresa cuenta con 12 certificaciones, entre ellas la RSPO y alianzas productivas. “Hay 3 plantas de refinación, montamos el proyecto sombrilla de Fedepalma, contamos con una zona franca donde hay producción de jabón y viruta en barras. En agosto de este año le venderemos energía a la red, contamos con un completo sistema donde hay 3 plantas de refinación, 2 de faccionamiento, otra de sodio, una de biocombustibles, una de glicerina y desde septiembre de este año entrará en operación la más grande de refinación, con capacidad para procesar 1.200 toneladas de aceite al día”, enfatizó Ritzel. (Lea: Genoma de la palma de aceite, el futuro de los biocombustibles) Para Abel Mercado Jarabe, representante del Grupo Empresarial Oleoflores S.A., parte de la estructura de la empresa se debe gracias a la generación del valor agregado. “Tenemos la convicción de que el problema político de Colombia es rural, más no de tenencia de tierra y debemos tener una premisa: son 44 millones de hectáreas, de las cuales solo tenemos 3,5 millones, hay un amplio espacio y no lo estamos haciendo”. Mercado aseguró que las alianzas han permitido la generación de empleos y ha consolidado nuevos polos de desarrollo. “En este momento tenemos 15 mil hectáreas sembradas y 20 mil cultivadas. Nuestro siguiente paso es la entrega de la planta extractora, que es capaz de procesar 135 toneladas del fruto por hora, lo que ha permitido que los pequeños productores se integren a la cadena agroindustrial. Tenemos que entender que ahí está la base y el fundamento de nuestra base como palmicultores, se debe incorporar a la vida civil. Los palmicultores deben apostarle al tema de las alianzas”.