Las sustancias que se usan como plaguicidas en ganadería presentan riesgos para el productor especialmente en la formulación, aplicación, almacenamiento y descarte de los productos. Aprenda a identificar cuáles pueden ser algunos de estos.
Como señaló el proyecto Ganadería Colombiana Sostenible (GCS) de Fedegán, los empleados rurales reciben poca capacitación sobre el riesgo biológico y ambiental que implica la manipulación de productos de gran toxicidad.
En consecuencia, estos trabajadores hacen un manejo inadecuado de los pesticidas que puede poner en riesgo la salud y bienestar del consumidor al proveer alimentos contaminados. (Lea: Mitigue el impacto de los herbicidas en el ambiente)
Una evaluación realizada por el proyecto recopiló la información más relevante sobre las prácticas más comunes de los productores en el manejo de agroquímicos con el propósito de identificar cuáles de aquellas pueden ser problemáticas.
Con esto se busca minimizar los riesgos de contaminación de alimentos y subproductos de origen bovino por agentes químicos, mitigar el impacto ambiental de las actividades ganaderas y mejorar el bienestar de trabajadores y el de los bovinos.
Etapas y problemáticas
Almacenamiento: En las fincas los plaguicidas se suelen almacenar en el mismo sitio de depósito de concentrados, sal, herramientas, leche, equipos, implementos personales, entre otros, o en los depósitos cercanos a lugares de habitación y ordeño.
Selección de herbicidas: Por lo general, los productores no eligen los herbicidas de acuerdo a las necesidades de su predio y cultivos, sino que adquieren, los de mayor alta toxicidad y los aplican de forma indiscriminada, muchas veces cerca de las fuentes de agua.
Selección de plaguicidas: Los plaguicidas son aplicados de forma generalizada sin tener en cuenta la especificidad y riesgos del producto, por lo tanto, es común que se afecten organismos benéficos (animales y vegetales) para el sistema productivo.
Formulación: Las mezclas de plaguicidas son comunes entre los productores ganaderos. En la mayoría de los casos, no se tienen en cuenta las recomendaciones de los fabricantes y esto pone en riesgo la seguridad de los operarios y la efectividad del producto.
Elementos de aplicación: Los plaguicidas son aplicados con recipientes que se emplean en el suministro de concentrados, alimentos, agua, procesos de ordeño, sin tener en cuenta los riesgos de contaminación.
Asimismo, se usan con equipos que no tienen un adecuado mantenimiento y por lo tanto, se presenta sobredosificación, derrames y contaminación del operario. (Lea: Recomendaciones para aplicar plaguicidas organofosforados)
Equipos de protección: Por desconocimiento o falta de implementos, los operarios de campo no cuentan con los elementos de protección básica: overol, guantes, mascarillas y gafas durante la manipulación de los productos químicos.
Tampoco se siguen las normas básicas de higiene para después del contacto con algún producto de alta toxicidad: baño con abundante agua, lavado de las manos antes de manipular alimentos, no fumar ni tener contacto con personas, animales o productos del hato.
Aplicación en campo: Hay que tener en cuenta que el ganado pastorea cerca de los sitios de aplicación de plaguicidas, por lo cual se debe respetar el tiempo mínimo de ingreso del ganado al lote después de fumigado, lo que muchas veces no sucede.
Además, por lo general, no se tienen en cuenta las condiciones climáticas (régimen de lluvias, vientos, horas del día) para aplicar los productos químicos en las pasturas. (Lea: Mal uso de plaguicidas en pastos genera efectos negativos en ganadería)
Descarte de material: Los envases y equipos son lavados y depositados en sitios cercanos a las fuentes de agua, dejados a la intemperie o en lugares de habitación. Asimismo, el agua contaminada con productos químicos se vierte en las fuentes de agua.