Aunque Colombia está lejos de llegar a sustituir las importaciones de maíz y soya, se observa una recuperación en las siembras del primer semestre del año, de acuerdo con las cifras de Fenalce.

Según el gremio, esto es especialmente claro en el caso de la altillanura donde se tiene un gran potencial para este tipo de cultivos.

Los cultivos de soya en la altillanura este semestre van muy bien, tienen un comportamiento agronómico muy bueno, le ha caído el agua apropiada, aunque hay variación en ciertas zonas, sitios específicos, señaló el gerente de la Federación, Henry Vanegas Angarita, en una nota de revistaagtrollanos.com

De acuerdo con lo expuesto por el directivo para el primer semestre del año se tienen 48.600 hectáreas de soya muestreadas por Fenalce donde se estima una producción de cerca de 115 mil toneladas con un rendimiento de 2,6 toneladas por hectárea.

Mientras tanto en el piedemonte se estima un área de maíz tecnificado de 8.200 hectáreas para una producción de 56.000 toneladas en el primer semestre. (Lea: El cultivo de soya sigue creciendo en Colombia)

Sostuvo que Fenalce trabaja en el desarrollo de nuevos materiales de maíz y de soya aprovechando el germoplasma local para tener materiales más resistentes, adaptados y rendidores. Sin embargo, también hay materiales del exterior que se deben introducir para alcanzar ese mejoramiento genético.

Sustituir importaciones

“En la medida en que se siga desarrollando la altillanura podríamos llegar a reemplazar, al menos lo que se importa en fríjol soya, en grano entero, que son alrededor de 400 mil toneladas”, señaló.

Luego, dijo, se tendría que mirar para ir sustituyendo la importación de torta de soya que son alrededor de dos millones de toneladas anuales que se traen de productos que en su mayoría son transgénicos porque los grandes proveedores del país son Estados Unidos y los países del Mercosur.

Manifestó que se tiene una gran demanda por parte de la industria de balanceados para producir el alimento para la industria avícola (tanto pollo como huevo), la porcícola, la bovina, tanto carne como leche; la piscicultura y en el alimento para las mascotas.

En muchos casos pueden ser productos transgénicos, pero se debe tener en cuenta que ese material se va transformando primero en la producción de concentrados y después los animales que lo consumen hasta llegar al consumidor, por lo que no hay ningún riesgo. (Lea: La torta de soya, una gran fuente de proteína para el ganado)

Igualmente consideró que en el caso del maíz también hay grandes posibilidades de sustituir importaciones si hay voluntad y decisión política, porque hay tierras, “la altillanura puede producir el 50 % de las necesidades de maíz en el país y el 100 % de las necesidades de soya. Tenemos la región Caribe que no está siendo explotada, tenemos todo el valle del río Magdalena, que no está cultivado. En realidad, no estamos creciendo en la parte agrícola, no podemos seguir dependiendo de las importaciones”, concluyó.
.