Tener cultivos más resistentes a las variaciones del clima, las diversas plagas y que a su vez sean más productivos y alimenticios es un reto mundial. ¿Cómo está el país en este aspecto?, CONtexto Ganadero le enseña el panorama nacional.
Los cultivos transgénicos o genéticamente modificados son cada vez más populares a nivel mundial. En Colombia, a pesar de sus detractores, su implementación ha sido paulatina y ya hay avances destacados en la materia. Según cifras del Instituto Colombiano Agropecuario, ICA, 21 departamentos ya han plantado 103 mil 217 hectáreas con semillas mejoradas, siendo los cultivos de maíz, algodón y flores azules, los de mayor prevalencia. (Lea: Tomates transgénicos ayudarían a prevenir el cáncer)
Según explicó Luis Humberto Martínez, gerente del ICA, a un diario económico, varios departamentos le vienen apostando al cultivo de productos modificados ente los que se destacan la siembra de maíz en Tolima con 19 mil 908 hectáreas, Córdoba con 16 mil 605 y Meta con un total de 15 mil 582. En materia de algodón también lideran Córdoba y Tolima las zonas con mayor índice de siembra con 13 mil 727 hectáreas y 6.309 respectivamente, seguidas de Cesar con 4.673.
Jairo Yara, director nacional de semillas de la Federación Nacional de Cultivadores de Cereales y Leguminosas, Fenalce, expresó que si bien el país empezó a trabajar hace 15 años con semillas mejoradas, los productores empezaron a adoptarlas sin ninguna asesoría, pensando en que se ahorrarían costos debido a que no tendrían que utilizar fungicidas para controlar las plagas, sin embargo, con el paso del tiempo la situación cambió, y ahora es necesario aplicar estos químicos, porque aparecieron nuevas plagas y las malezas se volvieron más resistentes, afectando la eficiencia del cultivo. (Lea: Cultivos transgénicos siguen ganando terreno en todo el mundo)
“Mientras en regiones como Córdoba los transgénicos son el boom, en otras zonas como Tolima y Huila, los productores tienen más cautela, porque al final de cuentas no ahorran y tampoco es que aumenten la producción. Por eso nosotros desde Fenalce estamos sugiriendo el uso de híbridos, que son semillas más económicas y tienen los mismos resultados o hasta un poco más elevados”, destacó Yara.
Para Álvaro Palacio, presidente de la Asociación Hortifrutícola de Colombia, Asohofrucol, el panorama de los transgénicos para su sector no es claro, ya que esta clase de sembrados proliferan es en Europa y Estados Unidos, pero en el país son pocos los productos mejorados genéticamente. (Lea: ¿Qué tan inconveniente es sembrar y consumir alimentos transgénicos?)
“Se conoce algo de tomate y algunas hortalizas, pero no se sabe a ciencia cierta en cuántas hectáreas de frutas o verduras han recibido mejoras tecnológicas”, expuso el dirigente.
César García, subgerente de Ciencia y Tecnología de la Federación Colombiana de Ganaderos, Fedegán-FNG, aseguró que la tendencia actual del consumidor colombiano y de los países del trópico es elegir productos orgánicos para llevar a la mesa. (Lea: Cultivos transgénicos evolucionan para incrementar productividad del campo)
“A la fecha no se ha podido demostrar cuál es el impacto real que genera en la salud humana el uso de hormonas sintéticas dentro del proceso productivo alimentario. Por eso, desde Fedegán le apostamos a la producción de alimentos inocuos y saludables a través del desarrollo de pasturas y forrajes de alta calidad”, señala García.
Una posición con la que coincide María Andrea Uscátegui, directora ejecutiva de la Asociación de Biotecnología Vegetal Agrícola, Agro-Bío, quien asegura que los cultivos genéticamente modificados han demostrado durante 16 años de comercialización a nivel global que su contribución a la sostenibilidad ha sido de vital importancia. (Lea: Científicos desarrollan tomates de mayor calidad y sabor)
“Cabe destacar que esta es una de muchas herramientas que ayudará a la humanidad a enfrentar los múltiples retos del futuro: producir más y mejores alimentos para una población creciente y para enfrentar el cambio climático”, señaló Uscátegui a un medio informativo.
Finalmente Alejandro Chaparro Giraldo, Ph.D, y director del Grupo de Ingeniería Genética de Plantas, de la Universidad Nacional de Colombia, reveló que aunque son varios los beneficios y perjuicios que generan los cultivos con semillas modificadas, es necesario que los productos sean probados a fin de velar por la integridad del consumidor final.
“La aprobación de la liberación comercial de variedades transgénicos exige la demostración de que estos organismos no van a causar efectos negativos sobre el ambiente o sobre el consumidor, animal o humano, y que se siguen los más estrictos principios de bioseguridad”, remató Chaparro Giraldo. (Lea: “El Maíz sigue siendo opción para la seguridad alimentaria”, Fenalce)