Monitorear los pastos es fundamental para tener éxito en una operación de pastoreo. Por eso, es una acción de la que se debe aprender para no caer en el error. Conozca cuáles son las recomendaciones de los expertos.
Jaime Elizondo, en su canal de Youtube llamado Real Wealth Ranching, expone la tasa de crecimiento de pasto cambia continuamente en respuesta a las condiciones de crecimiento, por eso es necesario saber cuánto pasto se tiene a la mano y cuánto crecerá en el futuro, en unos periodos de tiempo determinado, debido a que cada año crece de forma diferente.
“Sabemos que debemos observar, planificar, monitorear, ajustar y volverá planificar. Hay que hacerlo y no solo hablar y escribir sobre esto, pues hay medir la cobertura del suelo, el espacio entre plantas, la composición de especies deseables de pastos, la profundidad y vigor de las raíces, etc., debería afectar nuestras decisiones de administración y manejo”, describe Elizondo. (Lea: Aumente la rentabilidad de su hato a través del monitoreo animal)
El problema es que en la mayoría de las veces no se monitorea, por eso es necesario ser diferente y realmente monitorear el pasto, ganado y el suelo, para así estar seguros de que el manejo sea adecuado y no guiarse por dogmas o recomendaciones de terceros.
Hay algo que se dice muchas veces, pero que hay que tener muy presente y es que no se puede mejorar aquello que no se mide, por tanto, hay que tener claro qué es lo que se debe medir.
De acuerdo a Elizondo, hay que medir “una densidad correcta o alta de planta por metro cuadrado, una proporción de hoja verde a tallo en el rebrote, profundidad y grosor de las raíces de los pastos y leguminosas, vigor de la cepa de las plantas deseables, ausencia de puntos de crecimiento muerto, tamaño de las hojas verdes una vez que el manejo del pastoreo aumenta el contenido de humus en el suelo”.
A esto hay que sumarle que el experto también comenta que hay que medir la productividad de pasto por hectárea por año, que se puede medir más fácilmente como vacas/día cosechadas por hectárea por año por cada potrero individual.
“Necesitamos respaldar el manejo con números reales, por eso no se puede caer en la trampa en la que muchos han caído, que no logran producir los resultados que prometieron”, sostiene Elizondo.
Según el profesional, hay que tener claro que, si no se aumenta la producción de hojas verdes por hectárea, no se aumentará la capacidad de carga y si no se tiene obtiene un porcentaje más alto de especies deseables, no se puede admitir que se está teniendo éxito.
“Todo se reduce a lo real y a lo que estamos logrando, no a lo que nos gustaría lograr, sino a números verídicos porque hay que recordar que las plantas gordas crean tierras gordas altas en humus que pueden dar ganado gordo, que si se maneja correctamente va a resultar una billetera gorda”, afirma Elizondo.
Finalmente, el experto dice que para obtener este tipo de plantas se debe eliminar el sobre pastoreo en los predios. (Lea: Así debe ser el pastoreo de algunos pastos)