La harina de roca se convierte en una alternativa sostenible y efectiva para mejorar la calidad del suelo y aumentar los rendimientos de los cultivos. En los últimos años, muchos productores han adoptado esta estrategia con resultados sorprendentes, lo que subraya su relevancia en la búsqueda de prácticas agrícolas más saludables y sostenibles.
Según el ingeniero agrónomo José Gallardo, la aplicación de harinas de roca de diversas composiciones ha demostrado mejorar significativamente los rendimientos de los cultivos y contribuir a la salud general. Se destacan las harinas de rocas cálcicas en sus distintas variantes, así como las pomáceas y basálticas.
Sin embargo, es fundamental realizar análisis detallados del suelo y de la composición de la roca para evitar la adición de elementos no deseados, como el aluminio o el hierro en exceso.
Esta práctica no sustituye el programa de fertilización convencional, pero sí complementa y reduce los costos asociados al mismo al devolver al suelo nutrientes de manera natural que se han degradado por su uso continuo. (Lea en CONtexto ganadero: Guía para preparar un sencillo biofertilizante en su predio)
Las harinas de roca, además de proporcionar nutrientes básicos, contienen una amplia gama de oligoelementos y elementos traza, incluidas las ‘tierras raras’, que desempeñan un papel crucial en el desarrollo de los sistemas de defensa de las plantas y la calidad nutricional de los alimentos, como lo asegura el ingeniero químico Pedro Chang Suarez en el portal Agribio.
Este tipo de harina ofrece una seria de ventajas como proporcionar un aporte gradual de elementos nutritivos, incluyendo silicio, fósforo y potasio, mientras se regula el pH del suelo y se mejora la salud general.
Además, la harina de rocas aumenta la disponibilidad de minerales para las plantas y el hombre, fomentando la resistencia de las plantas contra enfermedades y favoreciendo el desarrollo de la microbiología benéfica del suelo.
Su uso también elimina la necesidad de agroquímicos, promoviendo prácticas agrícolas más sostenibles y respetuosas con el medio ambiente. (Lea en CONtexto ganadero: Haga polvo las rocas de sus fincas y mejore sus suelos)
En el portal Aresla se explica que la aplicación de la harina de rocas al suelo debe ser de manera directa, con aproximadamente 1.5 a 3 toneladas por hectárea.
Beneficios adicionales de la harina de rocas
Aumento de la retención de agua y nutrientes: Esto resulta beneficioso tanto en épocas de sequía como en los suelos pobres en materia orgánica.
Resistencia a condiciones extremas: Esta materia prima ayuda a los cultivos a resistir condiciones climáticas críticas como las altas temperaturas, sequías o suelos salidos, al mejorar la estructura del suelo y aumentar la disponibilidad de nutrientes.
Agricultura regenerativa: Esta práctica busca no solo evitar la degradación del suelo, sino también regenerarlo y mejorar su salud a largo plazo.