Uno de los retos que tiene el sector es la reactivación de aquellas zonas afectadas por la Pudrición de Cogollo. De acuerdo con el gerente de Manejo Sanitario de Fedepalma, Alexandre Cooman, los recursos de ICR que se destinaron para dicho fin no son suficientes.   En 2015 el Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural, MADR; el Instituto Colombiano Agropecuario, ICA; y la Federación Nacional de Cultivadores de Palma de Aceite, Fedepalma; suscribieron un acuerdo con el cual se pretendía erradicar la Pudrición de Cogollo, PC, en regiones como Santander, sur de Bolívar y el Magdalena Medio. El convenio tenía un valor de $ 5.023 millones. (Lea: Invertirán más de $5.000 millones para lucha contra Pudrición del cogollo)   La estrategia contempla la eliminación de palmas afectadas en lotes completos, que se encuentran en áreas de avance, y la de focos aislados, específicamente en Puerto Wilches, Cantagallo y Tumaco. Al respecto, Alexandre Cooman, gerente de Manejo Sanitario de Fedepalma, dijo en diálogo con CONtexto ganadero que esta enfermedad es una de las más difíciles de erradicar y también la que más afecta la productividad en los cultivos.   De acuerdo con el experto, desde 2008 en Magdalena Medio los niveles afectación de la enfermedad tienden a incrementarse. “Afecta en muy buena medida todo Puerto Wilches y Cantagallo y ya vemos el desarrollo de algunos focos en municipios vecinos como Sabana de Torres, y a pesar de la sequía – porque la PC se propaga con mayor facilidad en invierno–, el virus se sigue desarrollando”.   Escuhe las declaraciones de Alexandre Cooman

Por lo anterior, en esta región del país también se coordinan trabajos con los productores en aspectos como la adecuación de drenajes que ayuden a controlar el curso del agua, de tal manera que cuando llegue el invierno las afectaciones por la enfermedad sean mínimas y haya un mayor control. (Lea: Sequía disminuiría entre 30 % y 40 % el peso de racimos palmeros)   “Tumaco también tiene una historia importante en el contagio de la PC, porque cerca de 35 mil hectáreas se contagiaron con la enfermedad. Pero hoy día ya se han logrado renovar 18 mil hectáreas con materiales híbridos y más resistentes a la Pudrición de Cogollo. De otro lado, en el Magdalena Medio hemos podido recuperar 3.800 has”, afirmó Cooman.   Sin embargo, en Tumaco todavía se requiere la renovación de 19 mil hectáreas que estaban en cultivo; en el Magdalena medio aún faltan 22 mil por eliminar y en Puerto Wilches 32 mil están pendientes.   Entre los factores que influyen en la desaceleración del proceso de erradicación está el apoyo financiero, a pesar del convenio entre el Gobierno y el gremio.   “Si bien hace unos años se estableció el ICR fitosanitario con descuentos importantes, eso no es suficiente. Se requieren medidas complementarias para la renovación. Muchos productores no alcanzan a terminar el ciclo productivo y ya tienen complicaciones financieras”, señaló el gerente de Manejo Sanitario de Fedepalma. (Lea: 3 métodos para erradicar palma de aceite con Pudrición del Cogollo)   En la actualidad, el gremio busca la obtención de recursos del Ministerio de Agricultura para la eliminación de plantas afectadas en el Magdalena medio. “No pretendemos eliminar todo Puerto Wilches porque el recurso no alcanza, por ello se ha priorizado el trabajo en áreas que se encuentran en el borde, es decir, se busca un área de contención y una menor velocidad en el desarrollo de la PC hacia Sabana de Torres y el sur del Cesar”.   Jens Mesa Dishington, presidente de Fedepalma, manifestó al empezar el año que el trabajo que se ha adelantado hasta el momento ha sido muy lento, y reiteró que uno de los objetivos principales del gremio para este año es la erradicación de las palmas con la enfermedad y volver a sembrar.    “En Tumaco se perdieron 35 mil hectáreas y hasta la fecha se ha recuperado la mitad, pero de esa cantidad más de un 80 % viene de tiempo atrás, debido a que en el Gobierno actual se perdió el rumbo de qué hacer para poder contribuir en ello. En la zona de Puerto Wilches se han perdido 35 mil hectáreas y solamente llevamos 3.000 renovadas, por lo que hay afectación en materia laboral; al final del día, lo que importa es eso: el bienestar de la población rural. Se han muerto las palmas y el empleo también”, remató Mesa Dishington.