Se trata del mulch, el cual protege el suelo con el uso de las hojas de la palma. Esta práctica es liderada en el país por Fedepalma y contribuye a reducir el uso del agua y fertilizantes. En épocas críticas en cuestiones climáticas como las que actualmente atraviesa Colombia, especialistas y gremios les indican a los productores cómo protegerse de fenómenos como el exceso de agua o la escasez de ella. En la actualidad, el país pasa por un periodo de sequía, que podría prolongarse hasta el mes de junio, según lo indicó el Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales de Colombia, Ideam, aunque se prevén lluvias cortas entre abril y mayo. De acuerdo con Jorge Alonso Beltrán, jefe de Validación y Transferencia de Tecnología de la Federación Nacional de Cultivadores de Palma de Aceite, Fedepalma, el gremio trabaja desde hace 4 años en un proyecto denominado Mejores Prácticas Agrícolas y una de ellas hace énfasis en el estrés hídrico. (Lea: Sequía disminuiría entre 30 % y 40 % el peso de racimos palmeros) Escuche las declaraciones de Alonso Beltrán Según los estudios de la entidad, este tipo de prácticas contribuyen a que el suelo conserve su humedad hasta por 3 meses. “También estamos calculando el efecto que tiene, especialmente en épocas críticas. En estos 4 años, hemos podido determinar que el mulch (cobertura en el plato) nos ayuda a mantener la producción. Cuando el clima es regular los niveles de productividad se incrementan, ya que esta tusa aporta nutrientes al suelo, entonces se reduce el uso de fertilizantes químicos”, explicó Beltrán. Las cifras de Fedepalma señalan que entre 30 mil y 40 mil hectáreas en todo el país tienen mulch, especialmente en Codazzi, Magdalena, Sabana de Torres y San Pablo. “Hay plantaciones en las que el incremento de la productividad ha subido de 19 a 29 toneladas, en un año”. Entre los productores destacados está Gumer Serge, palmicultor de la zona norte del país, quien tiene 9 hectáreas destinadas a esta actividad y aseguró que desde 2010, cuando inició el proceso, su productividad aumentó y se redujo el uso del agua y de fertilizantes. Según el gremio, él es uno de los pocos productores que son ejemplo de competitividad. (Lea: Clonar la palma de aceite, una alternativa de productividad) Escuche el testimonio de Serge
De acuerdo con Serge, antes de que en su cultivo se implementara el mulch el nivel de productividad era de 22 toneladas por hectárea, hoy la cifra llega 30. Asimismo, se redujo el uso del agua, que estaba alrededor de los 30 litros por segundo cada semana, cantidad que ahora se aplica cada 15 días. Asimismo, Pedro Martínez, palmicultor de la zona central, dijo en diálogo con CONtexto ganadero que el proceso lo empezó en 2011 con sus 150 hectáreas. Confirmó las bondades del sistema, entre las que destaca el hecho de que el suelo conserve su humedad con las hojas, lo que permite que el procesamiento de los fertilizantes sea mejor. “Ahorro especialmente en el uso de los fertilizantes, porque los puedo fraccionar más. La planta es similar al estómago: cuando le sirven mucho alimento, se come lo necesario, así pasa con los fertilizantes. Entonces, teniendo en cuenta que no tengo río y que mi suministro proviene de aguas lluvia, lo que hago es tapar ese plato para conservar el líquido”, puntualizó Martínez. (Lea: Las prácticas agroindustriales se imponen en la palmicultura)