En momentos en que el gobierno estigmatiza algunos sectores de la producción agropecuaria como el ganadero o el palmero, al tildarlos de latifundistas y grandes productores, diversas empresas muestran su trabajo con las comunidades de manera asociativa.
Es el caso de Palmas del Cesar, en San Alberto (Cesar) que trabaja la figura promovida por Fedepalma, de núcleos palmeros que es un trabajo mancomunado de empresas extractoras con pequeños productores de comunidades vecinas. De acuerdo con Fabio González, gerente de la empresa, se maneja la sostenibilidad desde sus tres aristas: lo social, lo ambiental y lo económico.
En lo ambiental, por ejemplo, se tienen dos grandes proyectos, una planta de biogás y otra de biocompost, la primera busca descarbonizar al sector palmero y reducir la huella ambiental. El propósito es aprovechar la generación de biogás, cuya producción es el resultado de un proceso de degradación de la materia orgánica por acción de unos microorganismos presentes en este sistema. “El biogás representa un recurso valioso que se puede utilizar para múltiples fines, desde la mitigación de los gases de efecto invernadero, hasta la generación de energía eléctrica”, sostuvo. Se estima que con esta planta la compañía generará 8 millones de kilovatios a partir del año 2025
En cuanto a la planta de biocompost, se creó como consecuencia de la necesidad de transformar el manejo de los subproductos generados en la planta de beneficio y en la de biogás, fusionando así el manejo integral de la biomasa residual. Esta planta, afirmó González, ha procesado más de 80.000 toneladas de biomasa y ha generado alrededor de 8.100 toneladas de biocompost como producto terminado, el cual se está disponiendo en la plantación de la compañía para beneficio de los cultivos. (Lea en CONtexto ganadero: Compost de estiércol bovino y residuos de cosechas para fertilizar praderas)
Estos proyectos, dijo, reflejan el crecimiento ordenado, planeado y programado de la compañía, para que sea coherente con lo que el mundo pide que es la sostenibilidad. “No podemos creer que la sostenibilidad tiene una meta y que ya la cumplimos, la sostenibilidad no es la meta es el camino y nunca termina. Necesitamos crecer como empresa con nuestros núcleos de aliados palmeros que también lo están haciendo porque confían en lo que estamos haciendo”.
Certificación RSPO
Por su parte, Camilo Santos, director adjunto de transformación de mercados para América Latina de la RSPO, manifestó que “llama mucho la atención el crecimiento que hemos tenido en los equipos de sostenibilidad en las empresas. Eso creo que es la mejor señal de que las cosas las estamos haciendo bien”.
América Latina es el gran líder como región en la adopción de los estándares. “A nivel global podemos hablar que más o menos un 17 % de todas las empresas que se dedican a la producción y transformación de palma, están certificados con la RSPO. Pero para la región, de América Latina, hablamos que el 35 % se encuentra certificado”.
Entre tanto, Colombia es un referente para palma en América Latina a nivel de centros de investigación, a nivel de organización, todas estas figuras de núcleos palmeros y prueba de ello es que el año pasado se hizo todo el reconocimiento en el cumplimiento del grupo de pequeños productores en la Certificación en la RSPO, el primero en América Latina. (Lea en CONtexto ganadero: La sostenibilidad, el gran reto de los productores agropecuarios)
Sostuvo que la certificación es un gran ejercicio para mitigar una cantidad de riesgos y de costos ocultos que la gente no ve, porque hacer las cosas bien tiene detrás una cantidad de implicaciones en productividad, en mejora desde el punto de vista de comunidades, desde el punto de vista del medio ambiente que es lo que la RSPO finalmente promueve.
Núcleos palmeros
El núcleo palmero de Palmas del Cesar está conformado por 322 aliados que tienen alrededor de 11.000 hectáreas, en su gran mayoría pequeños palmicultores, desde Sabana de Torres hasta Aguachica, principalmente.
La unidad nació en 2008 como una estrategia de la organización que busca procesos de fidelización que les permita ser sostenibles a través del tiempo. Palmas del Cesar no busca un cliente temporal, sino que los palmicultores lleguen a la empresa y nunca más se vayan. De hecho, en estos momentos se está con planes de renovación de palmas de esos socios, indicó González.
Se acompaña al productor en toda su etapa productiva, incluso desde antes de la siembra y que sea responsable con el medio ambiente y con el entorno. Igualmente les ofrecen financiación y venta de fertilizantes a menor precio, así como financiación para las plántulas que comienzan a pagar cuando empiezan a producir.
En el tema de la sostenibilidad esto es una cadena. El productor produce el fruto, la empresa extractora lo transforma y hay unas comercializadoras que trabajan sobre ese producto final. (Lea en CONtexto ganadero: Palma y ganadería, una combinación ganadora)
El 90 % del aceite que produce Palmas del Cesar es para el mercado interno y el 10 % para exportaciones, pero es importante aclarar que el mercado nacional tiene los mismos estándares que los internacionales. “No podemos pensar que todo sea mercado nacional, algo pasa en cualquier momento en una economía de un país y uno tiene que tener la opción, la ventana abierta del mercado de exportación, porque ese mercado le compra a uno todo el aceite que produzca, siempre y cuando sea sostenible”, concluyó el directivo.
El balance y beneficios que han generado los diferentes proyectos fueron presentados en el marco del 7° Encuentro de Palmicultores Aliados de Palmas del Cesar 2024: ”Unidos Somos Más Sostenibles”, que se realiza cada dos años en la compañía.