Con una mayor área cosechada, impulsada posiblemente por el programa ‘Colombia siembra’, hoy los productores de este cereal están en aprietos. A este iniciativa le faltó el componente de ‘Colombia eficiente’ y ´Colombia compra’.   El DANE dio a conocer en pasado lunes los resultados de la Encuesta Nacional de Arroz Mecanizado, ENAM, que realiza dicha entidad y la Federación Nacional de Arroceros, Fedearroz, en el marco del convenio de cooperación técnica firmado entre la entidad y el gremio.   La producción nacional   De este informe, que se supone será la base para decisiones de política arrocera por parte del Ministerio de Agricultura, se destaca el crecimiento de la producción.   En efecto, la producción nacional de arroz mecanizado en paddy verde alcanzó las 989 mil959 toneladas en el primer semestre de 2017, registrando un crecimiento de 29,3 % respecto al primer semestre de 2016, cuando se produjeron 765 mil 355 toneladas.   Cabe señalar que esta mayor producción se obtuvo vía mayor área cosechada que rendimiento.   La producción es el resultado de multiplicar el área cosechada por el rendimiento (t/ha) estimado en el mismo periodo.   En el primer semestre de 2017, el área cosechada durante fue de 175 mil 920 ha, mostrando un aumento de 57 mil 222 hectáreas, es decir creció 36,7 % frente al mismo periodo de 2016.   Respecto al rendimiento, en el primer semestre de 2017 cayó en 0,3 ton/hectárea, ubicándose el rendimiento promedio nacional en 5.3 ton/ha, frente a 5.6 Ton/ha del primer semestre de 2016.   Lo anterior significa que ahora se tiene más arroz, pero a mayor costo de producción, y en áreas más dispersas. (Lea:Situación de los arroceros del Meta sigue crítica)   Regiones en donde creció la producción   Otro dato que llama la atención del informe es el aumento del área cosechada en ‘Resto de departamentos’, que está integrada por Antioquia, Arauca, Atlántico, Bolívar, Caquetá, Cauca, Cesar, Chocó, Córdoba, Cundinamarca, La Guajira, Guaviare, Magdalena, Nariño, Norte de Santander, Santander, Sucre, Vichada y Valle del Cauca.   En este conjunto de departamentos el área cosechada en el primer semestre de 2017 fue de 71 mil 781 hectáreas, con un aumento de 26 mil 388 hectáreas, que equivalen a un crecimiento del área cosechada de 58.1 %.   Su rendimiento está por debajo del promedio nacional con una producción de 4.2 ton/ha (promedio nacional 5. 6 ton/ha), y con fuerte disminución respecto a 2016 (caída de 12.5 % en el rendimiento).   La producción por departamentos   Indudablemente Tolima es la despensa arrocera del país. Aportó en este primer semestre de 2017, el 37 % de la cosecha. Le sigue ‘Resto de departamentos’ que contribuyeron con el 30,5 % de la cosecha; Huila, con el 14 %.   Tolima y Huila producen el 51% de la cosecha del país. En tanto que Meta y Casanare proveen el 18,4 %.   El consumo per cápita   En los hogares colombianos que consumen arroz, el consumo promedio semanal fue de 5,2 libras por hogar y 1,6 libras por persona.   Eso indica que el consumo per cápita anual es de 83,2 libras al año.   El futuro   Como en la mayoría de sectores del agro, la disputa entre productores y procesadores y/o comercializadores, está a la orden del día.   Convergen en la problemática una mayor producción nacional junto a mayores importaciones, creando una mayor oferta nacional que deprime los precios, perjuicio generalmente de los productores. En el fondo todos los subsectores adolecen de lo mismo: de una falta de política publica rectora y de una planificación.   La exportación no parece ser el mecanismo actualmente para evacuar excedentes, por altos costos de la materia prima según los industriales. Pero la importación para bajar precios quiebra a los productores.   Por lo pronto los resultados de una mayor área cosechada, impulsado posiblemente por el programa ‘Colombia siembra’, le faltó el componente de ‘Colombia eficiente’ y ´Colombia compra’ que se habló en el reciente foro de la Revista Semana y Finagro, pues no tiene sentido producir más en forma ineficiente ni tener en donde colocar el producto. Esto sin contar con el 'contrabando' que no falta aún cuando no sea fácil de cuantificar.   El 'quid' de la cuestión es que con el apretón económico, por el efecto de la reforma tributaria de Cárdenas, el consumo per cápita en lugar de aumentar tenderá a bajar.