El silaje de maíz y sorgo es una de las herramientas de conservación de forraje que mayor impacto causó en la producción pecuaria argentina. Esto debe a su excelente palatabilidad, su digestibilidad y el aporte de energía que da a la dieta.
En la última década, Argentina sufrió un marcado incremento de la superficie picada de estos forrajes para planteos de producción de leche y carne (feedlot), lo que indica una evolución hacia sistemas más intensivos de producción.
La producción ganadera de recría y engorde en las áreas irrigadas de la provincia de Mendoza ha incrementado su superficie en los últimos años. Estos sistemas de producción requieren de forrajes de alto rendimiento y calidad, por lo que la producción de maíz y sorgo destinado a ensilaje son una excelente alternativa para cubrir estos atributos mencionados.
¿Qué es el silaje de forrajes?
El silaje es la conservación del forraje húmedo por fermentación, debido a la acción de bacterias anaeróbicas (bacterias que no necesitan oxígeno para vivir), sobre los azúcares del contenido celular. Uno de los principales objetivos que debe alcanzar el silaje es impedir el ingreso de aire para preservar calidad.
Recomendaciones a tener en cuenta para la elaboración de un buen silaje
Durante el proceso del ensilado hay que tener en cuenta distintas consideraciones para lograr entregar en la boca del animal un forraje de calidad que nos garantice eficiencia en la producción de carne y leche. Las recomendaciones a tener en cuenta son:
1. Especie a ensilar Para determinar si conviene ensilar sorgo o maíz, hay que tener en cuenta el potencial de rendimiento en grano que tendría cada uno en la zona de producción, ya que el objetivo es obtener un suplemento energético para la dieta. Cuando el rendimiento de maíz en grano es escaso y no supera el 30 o 40% del total de materia seca de la planta, deberá pensarse directamente en el sorgo granífero como la mejor especie para la producción de silaje, ya que este cultivo es más resistente a sequías y altas temperaturas.
2. Momento de corte El período óptimo para realizar la cosecha transcurre cuando el cultivo tiene 70% y 60% de humedad; es en este momento que la planta alcanza un balance adecuado entre rendimiento y calidad, se minimizan las pérdidas por escurrimiento y se favorece la palatabilidad del forraje. La forma práctica de determinar el momento de picado es el estado de madurez del grano; éste debe encontrarse en estado lechoso, lo que es equivalente a que tenga un tercio de línea de leche. “En la última década, Argentina sufrió un marcado incremento de la superficie picada de estos forrajes para planteos de producción de leche y carne (feedlot), lo que indica una evolución hacia sistemas más intensivos de producción”. FacebookTwitter
3. Altura de corte La altura de corte recomendada, que es además la que se observa en la práctica, es de 15 cm. Sin embargo, al cortar a mayor altura se mejora la calidad nutricional del material a ensilar, ya que se incrementa el aporte proporcional de granos y la calidad de la fracción vegetativa. La parte basal de la planta posee un gran contenido de fibra, lo cual es perjudicial para el consumo animal. Además, con dicha altura nos aseguramos que la porción lignificada y de menor calidad quede en el campo aportando nutrientes a la fertilidad edáfica.
4. Tamaño de picado El tamaño de picado óptimo es de 1,5 cm uniforme, con el grano bien partido, sin importar que contenga entre un 5 y un 10% de partículas mayores a 2,5 cm. Éstas servirán como fibra efectiva en el caso de que se utilice como único alimento en alguna época del año disminuyendo los riesgos de trastornos ruminales. Es recomendable que el silo no contenga partículas mayores a los 8-10 cm ya que los animales rechazan dichas partículas en el comedero, dejando de lado una gran fuente de energía además de azúcares solubles y almidón. Por otro lado es conveniente que todos los granos estén quebrados en algún punto para que tengan el máximo aprovechamiento a nivel ruminal.
5. Compactación y llenado Es fundamental confeccionar bien los silos debido a que se deben crear las condiciones óptimas. De lo contrario se producen pérdidas por respiración, fermentación aeróbica y efluentes. El llenado rápido del silo, el desparramado del forraje parejo y la alta compactación es lo que permite bajar el índice de respiración de ese forraje generando una fermentación láctica lo más rápidamente posible y de esa manera obtener un forraje de excelente calidad.
Uno de los principales objetivos que debe alcanzar un silaje, consiste en mantener las condiciones anaeróbicas (impedir el ingreso del aire), para preservar calidad.
Es importante confeccionar las bolsas en terrenos firmes, altos y fuera de la sombra de los árboles. El forraje a embolsar debe tener un 60-75% de humedad. El estiramiento del nylon no debe superar el 10% y es de suma importancia controlar periódicamente el estado de las bolsas, sellando las roturas que se produzcan.
Fuente: Perú Láctea. Maíz una Alternativa para Forraje