En varios países del mundo, los agricultores tienen como propósito romper algún récord por producir la fruta o la verdura más grande de la que se tenga noticia. Poco importa si hay o no un interés de los consumidores por adquirirlas.

Guanábana, tomates, calabazas, cebollas y hasta yacas son algunos productos que pueden concursar para batir un récord Guinness. Las motivaciones para romper esas marcas no las sabemos, lo cierto es que los agricultores tienen en cuenta varios factores climáticos y productivos que les pueden ayudar a tener una fruta o una verdura de gran tamaño.

En el Reino Unido, Tony Glover cultivó una cebolla de 8 kilos y medio, con lo que ha logrado un récord mundial Guinness, superando la marca anterior de Peter Glazebrook y su cebolla de 4,5 kilos (quien actualmente figura con el coliflor más grande del mundo). (Lea: Colombia busca récord con mayor entrega gratuita de frutas)

La cebolla mide 81 centímetros de diámetro en su parte más ancha y su tamaño es lo suficientemente grande como para hacer, por ejemplo, sopa de cebolla francesa para 36 personas o 50 porciones de aros de cebolla.

La producción de una cebolla de tamaño récord no es simplemente cuestión de suerte y de condiciones climáticas adecuadas. Glover reveló que hacer posible esto le tomó casi un año de trabajo duro, pero considera que el esfuerzo valió la pena.

“Planté el vegetal en octubre del año pasado. La cebolla ha ido creciendo dentro de mi invernáculo, el cual se calienta durante el invierno y se enfría en verano”, explicó Glover. Cuando esto sucede pone en funcionamiento un sistema de iluminación en el interior del invernadero para simular el sol cuando los días se hacen más cortos o cuando no hace muy buen tiempo. “Además, le di al cultivo un alimento rico en nitrógeno y me aseguré de que tuviera la humedad correcta”, explicó el hombre. (Lea: Colombia le debe apuntar a ser considerado país agroexportador)

Así pasa con otros productos como la yaca, que es considerada la fruta más grande del mundo. Puede llegar a pesar hasta 35 kilos y tener un diámetro de 25 centímetros, por eso se le asignó esa connotación a nivel mundial. En su interior contiene una pulpa que es muy parecida a la guanábana y llega a tener un aporte de hasta 105 calorías por cada 100 gramos, carece de grasa y tiene un alto contenido en fibra. La diferencia de esta fruta con la cebolla es que se produce en regiones de trópico.

La misma situación de la yaca o jaca, ocurre con la guanábana, una fruta que también compite por llevarse el reconocimiento de la fruta más grande del mundo. Hasta el momento se dice que el país que tiene tal logro es Perú, que ha logrado producir una fruta de más de 10 kilos.

¿Cuál es el secreto?

De acuerdo con Adalberto Romero, ingeniero agrónomo de Semillas Sáenz, este tipo de producciones suceden por situaciones de nutrición que van desde la planta al fruto. Para ello hay que tener en cuenta 2 factores: las frutas que se dan desde un árbol, como la guanábana, o las verduras que provienen de la tierra.

“Para el caso del primero, el árbol, dependiendo de la cantidad de frutas que tenga llenará o nutrirá a esos hijos; no es lo mismo que la planta centre toda su atención en un solo producto al cual le llegan todos los nutrientes, que a 10, por eso unas frutas crecen más que otras”, aseguró Romero. (Lea: Los tesoros modernos son los alimentos del campo)

El ingeniero agrónomo, en diálogo con CONtexto ganadero también dijo que la clave para que las frutas crezcan de manera uniforme es mediante la poda, como es el caso del tomate y el pimentón. “Si uno deja una planta sin podar, van a crecer unos frutos más que otros porque se están llevando todos esos nutrientes”.

Para el segundo caso, es decir, para productos que provienen de la tierra, como la cebolla, todo se basa es en el espacio que se le da en la tierra. “Eso sucede porque la planta tiene muchos nutrientes, que se los suministra el agricultor, también porque se les da más espacio entre cada producto. En otras palabras, si se les da más espacio a las semillas van a tener menos competencia entre ellas y por ende van a recibir más nutrientes, más luz y más agua, ese es un efecto que se puede manejar”, puntualizó Adalberto Romero.