El marañón, cuyo nombre científico es Anacardium occidentale L, es un árbol originario del nordeste brasilero, que produce uno de los frutos secos más apetecidos en el mundo por su alto valor nutricional y medicinal. Esta especie se ha extendido a lo largo de América Latina y otras partes del mundo tropical. (Lea en CONtexto ganadero: Marañón, una planta con mucho potencial)

De acuerdo a la Corporación colombiana de investigación agropecuaria (Agrosavia), “el marañón se coloca en los primeros lugares más sanos y completo de la naturaleza. Su fruto verdadero es una nuez en forma de riñón, adherida a un pedúnculo hinchado lleno de jugo, también conocido como manzana del marañón”.

El marañón es una fuente rica de nutrientes esenciales. Es especialmente conocido por su alto contenido de vitamina C en la manzana, que “es hasta seis veces mayor que la naranja”, como menciona Agrosavia y que fortalece el sistema inmunológico y ayuda en la absorción de hierro. Además, contiene vitaminas del complejo B, como ácido fólico y niacina, así como minerales como magnesio, potasio y zinc.

Según Agrosavia, “las almendras contenidas en las nueces son ricas en proteínas, carbohidratos y ácidos grasos insaturados, vitaminas B1, B2, C, E, calcio, ácido fólico, magnesio y fibra. Su consumo ha demostrado reducir el nivel de colesterol y, por ende, el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares”.

La corporación asegura que la manzana adherida al marañón se destaca por su ácido anacárdico, al que se le atribuyen propiedades antiinflamatorias, antimicrobianas, antifúngicas, antivirales y anticancerígenas. Las características físico – químicas y composicionales de la manzana del marañón, le otorgan potencialidad de transformación en una amplia variedad de productos como jugos, almibares, néctares, snacks deshidratados, pastelería, licores y otros productos.

Además de sus beneficios nutricionales, el marañón también tiene un potencial prometedor en la medicina industrial. La cáscara del fruto contiene compuestos con propiedades antimicrobianas y antioxidantes, lo que sugiere posibles aplicaciones en la fabricación de productos farmacéuticos y cosméticos.

A esto hay que sumarle que el aceite extraído de las nueces de anacardo se ha utilizado tradicionalmente en la medicina alternativa para tratar infecciones de piel en humanos y promover la salud capital.

En el ámbito industrial, el marañón tiene aplicaciones en la fabricación de barnices, tintes y adhesivos debido a la presencia de sustancias químicas únicas en su composición.

Cultivo del marañón

“El marañón es una planta rústica que se adapta a condiciones edafoclimáticas adversas para la mayoría de los sistemas agrícolas tradicionales como la sequía prolongada y baja fertilidad de los suelos”, explica Agrosavia, que añade que “el marañón tiene una alta importancia social y económica por la alta ocupación de mano de obra en labores de procesamiento de sus frutos y por el alto valor de las almendras en el mercado internacional”.

En el año 2019, la producción mundial de marañón alcanzó las 3.7 millones de toneladas. La almendra de marañón ocupa el tercer lugar en el mercado de las nueces más consumidas con un 17% del total del consumo.

“Colombia posee un alto potencial económico, social y ambiental para la producción de marañón en una extensa región de las Sábanas de los Llanos Orientales y del Caribe. Se estima que la región de la Orinoquia posee cerca de 700.000 hectáreas en la llamada Altillanura plana, comprendida entre los departamentos del Meta y Vichada, con condiciones apropiadas de profundidad y buen drenaje de sus suelos, disponibilidad de agua y una estación seca de 4 meses al año, que permite la producción rentable del marañón con bajas inversiones y bajo impacto ambiental”, concluye Agrosavia. (Lea en CONtexto ganadero: Cómo va el cultivo del marañón en Colombia y qué enfermedades lo afectan)