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Robots trabajan en los campos de Australia

Foto: Cortesía - Portal Frutícola

agricultura

La agricultura robotizada empieza a dar sus primeros pasos

por: - 31 de Diciembre 1969

Agricultores de Oceanía empiezan a descubrir los beneficios de establecer cosecha de frutos con robots, pues además de mejorar el rendimiento del proceso productivo, entrega indicadores de comportamiento del predio en tiempo real.

Agricultores de Oceanía empiezan a descubrir los beneficios de establecer cosecha de frutos con robots, pues además de mejorar el rendimiento del proceso productivo, entrega indicadores de comportamiento del predio en tiempo real.

“El escepticismo siempre es el inicio de las grandes transformaciones”, así le dijo el investigador australiano Salah Sukkarieh a un medio local, al ser consultado por la forma como arrancó la fase de exploración de su proyecto que busca que las labores del campo también sean desempeñadas por robots, la cual hace dos años (al iniciar) despertó la desconfianza y el recelo de los dueños de las fincas en Australia.

La idea principal era detectar indicadores agrícolas importantes como el rendimiento, la salud de los árboles y la intensidad de la floración y los frutos. Hoy, 2 años después, esta tecnología ha mostrado una amplia gama de beneficios entre los que se cuentan resolver el problema de la escasez de mano de obra en Australia a través de la recolección automatizada.

Tras el primer año de pruebas, los agricultores empezaron a descubrir las ventajas y, según los investigadores de la Universidad de Sidney, se entusiasmaron.

“En la granja de manzanas podríamos bajar una fila, contar el número de manzanas y  registrar los indicadores de rendimiento del cultivo. Eso era algo que solían hacer antes, pero era demasiado dispendioso. El hecho de que pudieran tener un robot en el huerto durante una hora y conseguir el rendimiento del cultivo fue algo novedoso”. (Lea: Agricultores podrán monitorear cultivos forestales con GPS)

Entre 2011 y 2012, además de las pruebas de campo en los cultivos de manzana, ubicados en Melbourne, el equipo también hizo pruebas con productores de almendras en Mildura. “Justo antes de la fructificación, los almendros florecen y lo que a los agricultores les gustaría saber es la intensidad de la floración, ya que eso les dice la cantidad de agua y fertilizantes que necesitan en los próximos meses”, dice Sukkarieh.

Así ven expertos colombianos el tema

Expertos en Colombia reconocen este tipo de prácticas, pero aseguran que son apropiadas siempre y cuando exista baja oferta de mano de obra. “El sector rural colombiano aporta cerca 4 millones 100 mil personas a las cifras de empleo, por eso consideramos que robotizar el campo puede generar un impacto social contraproducente. Aquí no solo se debe pensar en rentabilidad económica, también ser debe tener en cuenta a la gente, al capital humano”, asegura Rafael Mejía, presidente de la Sociedad de Agricultores de Colombia, SAC.

“Los desarrollos tecnológicos si le pueden traer beneficios al campo, pero es necesario mirar los efectos sociales y como, no solo un sector, sino en un país entero va a eliminar miles de empleos. ¿Qué harán esas personas?. El resultado no puede ser adoptar una tecnología masiva y generar desempleo”, puntualiza Mejía, de la SAC.

A su vez, Cesar García, subgerente de Ciencia y Tecnología de la Federación Colombiana de Ganaderos, Fedegán, señala que es probable que este tipo de tecnologías lleguen a Colombia algún día y no generen ningún impacto social. “La situación de orden público ha hecho que los habitantes del campo se desplacen hacia los centros urbanos constantemente y cada vez habrá menos mano de obra en el campo. Por esto, es casi seguro que estas tecnologías llegarán tarde o temprano al país”, asegura. (Lea: Cultivos transgénicos evolucionan para incrementar la productividad del campo)

Para el funcionario de Fedegán, los pros y contras de la adopción de estos desarrollos pasan por otro lado. “Capacitar a una persona con baja escolaridad como las que trabajan en el campo es costoso, pero manejar este tipo de robots también, pues requieren mantenimiento y soporte posventa y aquí no existe la infraestructura para esto. Pero no podemos olvidar que un robot no hace huelga, no se enferma, trabaja las 24 horas del día y no se cansa”, puntualiza García.

Estos robots, llamados Mantis y Shrimp, utilizan una amplia gama de sensores para realizar inteligencia de campo incluyendo la visión con láser, radar, térmicas y de infrarrojos.