Corpoica se prepara para recibir la primera cosecha de mini tubérculos de papa cultivados en entornos que no requieren del suelo y están protegidos de infecciones o plagas. Una opción para que los productores del país reciban mayores dividendos y mejoren su volumen de producción cada año.
En 2010 empezó el desarrollo de los proyectos de aeroponía en Colombia, a través de la Corporación Colombiana de Investigación Agropecuaria, Corpoica, que ante la necesidad de reducir costos de producción y aumentar los volúmenes de oferta de productos como plátano, yuca, ñame, mora, banana y ahora papa; empezó a estudiar alternativas que optimizaran los recursos y fortalecieran la productividad en el campo.
Hoy, casi cuatro años después, las investigaciones en aeroponía que se llevan a cabo en el Centro de Investigaciones de Tibaitatá, ubicado a 30 minutos de Bogotá, son de las más exitosas a nivel mundial y demuestran que cualquier hortaliza puede ser cultivada a través de esta técnica, a tal punto que para este mes de octubre esperan la primera cosecha de mini tubérculos de papa a través de esta metodología. (Lea: Cultivos hidropónicos, alternativa de alimentación bovina en verano)
El insumo inicial para garantizar el éxito de estas cosechas son las semillas de alta calidad, también conocidas como semillas ‘limpias’. “En Colombia se siembran anualmente 140 mil hectáreas de papa, de las cuales menos del 3% utilizan semillas de alta calidad o certificadas. Dichas semillas, han sido desarrolladas con biotecnología de punta, ofrecen mayores rendimientos y alta pureza”, señala Julián Mateus, gestor de innovación de Corpoica.
El proceso de producción aeropónica empieza en el laboratorio con la siembra de las muestras obtenidas a partir de plantas madres. Dichas muestras, llamadas meristemos, se siembran en una solución nutritiva de carácter gelatinoso durante 14 semanas. Tras este periodo, las plántulas se extraen y se ubican durante 20 días en bandejas de germinación que tienen otra solución nutritiva y una cámara húmeda al 90%.
Superados los 20 días, las plántulas con una longitud de entre 8 y 15cm pasan al invernadero, las raíces quedan al interior de los cajones aeropónicos en total oscuridad por un lapso que no supera los 7 meses. “Está comprobado que con este sistema se incrementa hasta 10 veces el nivel de producción de semillas. De producir 6.000 por cada 600 plantas, se pasará a producir más de 20 mil con una reducción de costos sustancial”, asegura Mateus, de Corpoica.
(Foto: Óscar Segura / CONtexto Ganadero)
Un sistema amigable con el medio ambiente
Los modelos convencionales de siembra y cosecha de frutas y hortalizas imperan en los países en vías de desarrollo. Pero la investigación –apoyada en nuevas tecnologías- busca consolidar a mediano y largo plazo herramientas de multiplicación de semillas y productos de alta calidad, y que además permitan una importante reducción en la emisión de gases de efecto invernadero. (Lea: Cultivo hidropónico y organopónico, del jardín a su mesa)
“Para nosotros es muy grato que este tipo de desarrollos sean amigables con el planeta, fomenten la protección de nuestros recursos y sean ambientalmente sostenibles, ya que estas innovaciones están al servicio de los campesinos del país y tienen un impacto directo sobre la productividad”, explica Néstor Hernández, representante del Ministerio de Agricultura en temas de innovación.
(Foto: Óscar Segura / CONtexto Ganadero)
La aeropónica, que es utilizada en semillas de plátano, yuca, ñame, mora, banano y ahora papa en el territorio nacional; tiene el gran desafío de no quedarse estancada como una vitrina de exhibición y debe ir en busca de la masificación a través de programas de asistencia técnica y transferencia de tecnología en todo el país.