Desde que se posesionó, hace casi un mes, el MinAgricultura ha estado reuniéndose con representantes de diferentes sectores del campo. El balance: respaldo a su plan de trabajo e inmejorables sensaciones. Se dice que en máximo 3 meses se verán los primeros cambios.

Cuando Aurelio Iragorri Valencia se posesionó como ministro de Agricultura y Desarrollo Rural, varios dirigentes gremiales se mostraron complacidos con el nombramiento que hizo el presidente Juan Manuel Santos Calderón, “es un hombre de diálogo y confiamos que con él se puede mejorar el campo”, aseguraron.

Durante la segunda semana del mes de septiembre, Iragorri tuvo una agenda que incluyó, conocer la situación de productores ganaderos, palmicultores, arroceros, entre otros. Al respecto, y tras la reunión en la Federación Colombiana de Ganaderos, José Félix Lafaurie Rivera, presidente ejecutivo, aseguró que el ministro fue claro en asegurar que contaba con el gremio para trabajar en la recuperación del campo. (Lea: MinAgricultura en Fedegán: "Trabajemos juntos")

“Fue una reunión franca en la que le planteamos al ministro nuestras inquietudes y expectativas, y escuchamos también su visión y sus posiciones frente a la política sectorial. Nos dijo que la suya sería una gestión práctica y de decisiones, y ese es un espíritu y un estilo gerencial que nos genera confianza”, aseguró Lafaurie.

Posteriormente, Iragorri sostuvo una reunión con representantes de la Federación Nacional de Cultivadores de Palma de Aceite, Fedepalma, en la cual aseguró que trabajará muy duro para establecer una política sectorial y regional que beneficie a los productores. Según el exministro del Interior, la base para lograr el desarrollo del sector se encuentra en la investigación, la asistencia técnica y el desarrollo rural.

“Vamos a realizar un plan de trabajo conjunto con el sector que se base en la investigación, para dirigirla hacia lo que los productores necesitan; y en la asistencia técnica, para consolidar un política integral que permita fortalecer la productividad en el campo”, señaló Iragorri Valencia. (Lea: 3 razones del difícil momento que vive el sector palmero)

El jefe de la cartera también se reunió con representantes de Dignidad Agropecuaria, con el fin de conocer sus puntos de vista en temas de política agropecuaria. Luego del encuentro, dirigentes campesinos manifestaron su satisfacción y confianza con la actitud de diálogo del ministro de Agricultura.

“Vemos con mucha esperanza y optimismo que vienen buenos vientos para el agro en Colombia” manifestó Florentino Borda, representante de los productores de cebolla, quien también reconoció como positiva la coincidencia entre el enfoque regional que le quiere imprimir el ministro Iragorri a la política agropecuaria y la visión de los campesinos.

En el sector arrocero, durante la Reunión Técnica Nacional que llevó a cabo la Federación Nacional de Arroceros, Fedearroz, la semana pasada en la ciudad de Bogotá, el gerente general del gremio, Rafael Hernández Lozano, le dio a conocer al ministro las necesidades de los agricultores en temas como una política de crédito con tasas más bajas y mayores plazos; así como el ejecutar un plan para la construcción de Distritos de Riego y Reservorios.

En este espacio el ministro dijo que “pasaremos de la habladera a la sembradera. Vamos a invadir el país de secadoras y centros de acopio. Hay que volver sexys todos los temas del sector agropecuario. Se debe investigar en lo que la gente necesita”, palabras que fueron recibidas con beneplácito por parte de los asistentes al evento. (Entrevista: Colombia tiene que ser capaz de exportar leche y carne)

Durante el mismo evento, Iragorri Valencia dijo que en menos de 3 meses se van a empezar a ver los resultados, teniendo en cuenta el anuncio que hizo en días pasados sobre el revolcón en el sector agropecuario.

Indicó que la política pública en materia agrícola será formulada por los productores, quienes contarán además con instituciones, como el Instituto Colombiano Agropecuario, ICA, y el Banco Agrario, completamente reformados para que realmente se dediquen a lo que necesitan los agricultores.