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Los bioinsumos son productos de origen biológico formulados con microorganismos, como bacterias, hongos o virus, que son utilizados para mejorar la productividad y la salud de las plantas o las características biológicas del suelo.
El mercado de los alimentos está requiriendo insumos amigables con el ambiente para ser usados en la agricultura con el fin de que esta actividad sea más sustentable y más eficiente y para cumplir exigencias de mercados internacionales. Además, los insumos biológicos (biofertilizantes y bioplaguicidas) se plantean hoy como una alternativa ante la coyuntura de precios altos de productos químicos.
No obstante, la evidencia disponible concluye que los bioinsumos no sustituyen completamente la aplicación de agroquímicos tradicionales, sino que los complementan, reduciendo gradualmente el monto requerido, aumentando la sostenibilidad de los cultivos y minimizando el impacto ambiental, señala un informe de Corficolombiana.
Agrega que el uso de bioinsumos es eficiente en términos económicos ya que mejora el rendimiento del cultivo y la calidad de la plantación, permite disminuir los costos y a mediano y largo plazo mantiene las características benéficas del suelo, a través de la reposición de nutrientes. Esto termina contrarrestando los efectos secundarios del uso de agroquímicos, los cuales a través del tiempo terminan perjudicando el rendimiento y la calidad del suelo y de las aguas subterráneas.
Con el fin de incentivar su adopción en el país, el Gobierno Nacional aprobó el 6 de enero de 2022 la Ley 2183 de Insumos Agropecuarios, la cual, entre otras medidas, establece el Sistema Nacional de Insumos Agropecuarios (SINIA), mecanismo que busca identificar y determinar estrategias para el uso eficiente, competitivo, racional y sostenible de los insumos agropecuarios en el país, con especial énfasis en los bioinsumos. (Lea en CONtexto ganadero: ¿Por qué los bioinsumos son clave para la producción sustentable?)
Elaboración cuidadosa
De acuerdo con Agrosavia, se debe garantizar bajo condiciones controladas que los resultados sean confiables y para ello se debe contar con un invernadero donde se hace la selección del microorganismo para ver cuál es el que mejor funciona para poder elaborar el bioinsumo.
Se lleva a condiciones extremas a la planta para ver cómo reacciona. Allí se miden varios aspectos como la humedad, es decir, cómo reacciona la planta con los microorganismos cuando hace falta agua o cuando se tiene un exceso de humedad.
Igualmente se mide el tema de la fertilización para ello se cambian las dosis con el fin de ver cómo reacciona y lo mismo se hace con el tipo de suelo. Con esto se puede identificar cuáles son esos microorganismos que van a ayudar al desarrollo y la formulación de los bioproductos.
Se realiza una relación simbiótica donde la planta a través de la raíz les proporciona a los microorganismos carbohidratos que son su alimento y empiezan a multiplicarse. Por su parte los microorganismos le brindan a la planta minerales que son uno de los componentes que necesita la planta para poder desarrollarse.
Con la integración de minerales, materia orgánica y microorganismos se va a lograr recuperar el suelo para todas las actividades y objetivos que se pretendan. Esto también sirve para reducir, de cierta forma, la utilización de productos químicos, contribuyendo de esta manera a una producción mas amigable con el medio ambiente. (Lea en CONtexto ganadero: Colombia le apuesta a la elaboración de productos orgánicos)
Otro de los pasos es la formulación de los bioinsumos que es como protegerlos alargando su vida útil luego de sacarlos de su hábitat natural. De igual manera se van a multiplicar en laboratorio. En esta fase también se va a poder identificar dónde se va a usar el producto, si es directamente en el suelo, en las hojas o por medio de fertirriego. Además, se evalúan las condiciones a las cuales van a estar expuestos.
Después que el producto está finalizado se le hace un control de calidad para ver que no se haya contaminado, que esté completamente inocuo y en general que se encuentre listo para salir al mercado.
Se tiene otra alternativa de multiplicación de microorganismos para medios sólidos y es más utilizado comúnmente para la multiplicación de hongos. Luego del proceso de multiplicación se pasa al de formulación, pero antes de eso se separan los microorganismos de los medios de cultivo y se mezclan con diferentes elementos en una granuladora para obtener el producto final.
Posteriormente se lleva a un cuarto de secado para luego poderlo empacar y llevar al mercado. Al productor se le vende el granulado, pero debe disolverlo en agua para facilitarle la labor y para que la planta lo absorba fácilmente.