Desde la FAO no se prevén subidas bruscas de precios en los principales productos básicos, en los que hay existencia, pero son más probables en el caso de los de alto valor, sobretodo la carne. Conozca cuáles son las implicaciones actuales y futuras creadas por el coronavirus para la producción alimentaria.
La cadena de suministro de alimentos es una compleja red que está conformada por productores, insumos agrícolas, transporte terrestre, plantas de procesado, transporte marítimo y aéreo, entre otras cosas. Por lo que la logística es clave para que los alimentos lleguen a las mesas.
Con la llegada del COVID-19 a las ciudades y áreas rurales, las naciones han tenido que poder restricciones de movilidad para evitar el crecimiento del número de personas contagiadas. (Lea: Después de contagiado, cómo convivir con el Covid-19)
En este sentido, a medida que el virus se propaga y los casos aumentan, y se refuerzan las medidas para frenar la trasmisión del coronavirus, existen muchas formas en que el sistema alimentario mundial será puesto a prueba y sometido a tensión en las próximas semanas y meses.
De acuerdo a la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, FAO, “por ahora, las interrupciones son mínimas, pues el suministro de alimentos ha sido adecuada y los mercados han permanecido estables hasta el momento”.
Actualmente, según la organización, las reservas mundiales de cereales se encuentran en niveles holgados y las perspectivas para el trigo y otros cultivos básicos importantes para 2020 son positivas. Aunque ya se considera probable una menor producción de alimentos básicos de elevado valor, pero todavía no se percibe debido a los cierres y la interrupción de la cadena.
Sin embargo, ya el mundo está viendo problemas a nivel de la logística, especialmente en el movimiento de los alimentos al no poder trasladas los alimentos de un punto A al B; además el impacto de la pandemia en el sector ganadero se puede generar de forma significativa debido a la reducción del acceso al forraje y la menor capacidad de los mataderos, ocasionado por las limitaciones logísticas y la escasez de mano de obra. (Lea: Alimentación clave para tener defensas y combatir el coronavirus)
Como resultado de esto, a partir de abril mayo se esperan interrupciones en las cadenas de suministro, de acuerdo a la FAO. El bloqueo de las rutas de trasporte es perjudicial para las cadenas de suministro de alimentos frescos y puede dar lugar a un aumento de los niveles de pérdida y desperdicio de alimentos.
Además, es probable que las restricciones al transporte y las medidas de cuarentena impidan el acceso de los agricultores a los mercados, frenando su capacidad productiva y obstaculizando la venda de sus productos. A esto hay que añadirle que la escasez de mano de obra podría afectar a la producción y elaboración de alimentos, en particular en el caso de los cultivos intensivos.
Finalmente, es importante tener en cuenta que desde la FAO no se prevén subidas bruscas de precios en los principales productos básicos, en los que hay suministros, existencia, pero son más probables en el caso de los de alto valor, sobretodo la carne a muy corto plazo y los productos básicos perecederos. (Lea: ¿Cómo se ha visto afectada la industria láctea de cada país por el Covid-19?)