De acuerdo con Agro-Bio, el país sembró un total de 101 188 hectáreas con cultivos transgénicos en 2019 distribuidos entre 88 268 hectáreas de maíz; 12 907 de algodón y 12 hectáreas de flores azules,
Un nuevo estudio publicado recientemente por la revista GM Crops & Food asegura que los cultivos transgénicos han ayudado a los agricultores colombianos a producir más usando menos recursos. Además, han ayudado a reducir la huella ambiental que puede dejar la producción de maíz y algodón. (Lea: En 15 % aumentaron los cultivos transgénicos en Colombia en 2019)
“La evidencia del impacto de los quince años de adopción de algodón genéticamente modificado (GM) y 12 años de maíz GM apunta a una contribución positiva neta para abordar la producción de cultivos y los desafíos ambientales que enfrenta la agricultura en Colombia”, mencionó Graham Brookes, economista agrícola y autor del artículo.
Algunos puntos destacados del artículo (revisado por pares científicos) incluyen:
Grandes ganancias y mejores rendimientos
● Los agricultores mejoraron en rentabilidad, pues se beneficiaron de un aumento de ingresos de USD 301,7 millones durante estos 15 años de adopción. (Lea: Importancia de transgénicos para cubrir demanda de maíz doméstico)
● Mejor rendimiento gracias a un mejor control de plagas y malezas por optimización en el uso de insumos, obteniendo +30% de rendimiento para algodón GM y +17% para maíz GM.
● Más ganancias dado que, por cada dólar invertido en semillas transgénicas, los agricultores de algodón y maíz GM recibieron un promedio de $3.09 y $5.25 dólares, respectivamente.
● Mayor productividad sin ampliar la frontera agrícola. En estos 15 años, los cultivos transgénicos han agregado 630 000 toneladas de maíz y fibra de algodón a la producción nacional sin necesidad de destinar más tierras para ello. (Lea: ¿Cuál es el aporte de los alimentos transgénicos al sector pecuario?)
● Si la tecnología de maíz GM no hubiera estado disponible para los agricultores en 2018, mantener los niveles de producción para ese año utilizando tecnología convencional habría requerido la siembra de 11,240 hectáreas adicionales de tierra agrícola para el maíz. Esto equivale a alrededor del 5,2% del área comercial total sembrada con maíz en 2018 en el país.
Menor impacto ambiental
● La tecnología de los cultivos transgénicos ayuda al agricultor a hacer un mejor uso de plaguicidas, reduciendo el impacto ambiental asociado al uso de insecticidas y herbicidas en un 26% (medido por Coeficiente de Impacto Ambiental*).
● Los cultivos resistentes a insecticidas redujeron el impacto ambiental de los insecticidas en un 27% para cultivos de algodón GM y un 65% para el maíz GM, con respecto a sus contrapartes convencionales. (Lea: Con 95 mil hectáreas, transgénicos aportan a la economía del país)
● En número de aplicaciones de insecticidas, el algodón pasó de 11 aplicaciones en un cultivo convencional a 6 en un cultivo GM. Para el maíz hubo una reducción de 4 - 5 aplicaciones a 1-2 en un cultivo de maíz GM.
● El uso de herbicidas también ha experimentado una reducción de su impacto ambiental en 5% para algodón GM y 22% para maíz GM.
● La reducción en las aplicaciones de plaguicidas también significa una reducción del uso de combustible: “El uso de maíz y algodón GM ha resultado en la reducción de 8,761 millones de kg de dióxido de carbono que no se liberan a la atmósfera equivale a sacar 5.410 automóviles de la carretera durante un año”. (Lea: Colombia tiene 88 mil hectáreas en cultivos transgénicos)
● Las prácticas agronómicas con los cultivos tolerantes a herbicidas han permitido una menor labranza, siembra directa y conservación del suelo
Más innovación para más seguridad
El impacto positivo ha generado una sensación de seguridad en los agricultores porque sus cultivos transgénicos están más protegidos de los daños ocasionados por las plagas y les han facilitado sus labores en campo, lo que ha procurado una disminución en el tiempo que deben dedicar al mantenimiento de sus cultivos. Por tal motivo, solo en 2019 se sembraron alrededor de 100 256 hectáreas con semillas que contienen esta tecnología equivalente al 90 % del total de cultivos de algodón y el 42 % de cultivos de maíz (comercial) total en Colombia.
Aún así, hay retos para el agricultor que se mantienen: plagas primarias como el picudo del algodón y plagas secundarias del maíz que no son controladas por esta tecnología y que siguen representando importantes problemas para los agricultores. (Lea: 10 alimentos transgénicos cada vez más fáciles de encontrar)
“Es por ello que Colombia debe mantenerse dispuesta a seguir recibiendo innovaciones de la tecnología de cultivos transgénicos y así asegurar que nuestros agricultores puedan acceder a mejores semillas, cultivos más resilientes, y así producir cada vez más y mejor, sin arriesgar sus cosechas y reduciendo los impactos de la agricultura en el ambiente”, aseguró María Andrea Uscátegui, directora de la Asociación de Biotecnología Vegetal Agrícola, Agro-Bio.