La tarea de determinar la cantidad de pasturas en un predio, que normalmente requiere una compleja logística, podría facilitarse a través de imágenes satelitales.
Así lo comprobó Alejandro Ramírez Madrigal, zootecnista y magíster en Medio Ambiente y Desarrollo de la Universidad Nacional Sede Medellín, en su trabajo “Evaluación del crecimiento de pastos usando índices de vegetación calculados a partir de información satelital”.
Para esto, el investigador indagó si era posible monitorear la biomasa en los pastos del norte de Antioquia con imágenes de satélite, debido a la necesidad que se tiene en el sector de una metodología que sea más fácil de aplicar y a mayor escala. (Lea: Pastos deficientes no sirven al ganado bovino)
“Este tipo de mediciones son muy importantes para la planeación de la ganadería, por lo que hacerlas implica recursos logísticos como personal y tiempo.
Además, todas las metodologías existentes están pensadas para hacer cálculos de la biomasa en pequeñas parcelas o potreros”, explica.
En ese sentido, Ramírez resalta lo complicado que sería hacer mediciones a gran escala. Por eso, en su investigación evalúo y monitoreó la producción de pastos con información de sensores remotos, lo cual es fundamental para la transformación de la ganadería tradicional en sostenible, en la zona lechera de Antioquia. (Lea: No solo de pasto vive el ganado, tenga en cuenta otras opciones)
Como lo han hecho en otro países, el investigador tomó la representación de 2 escalas de información satelital en dos diferentes sensores (Landsat7: 30 m x 30 m y Modis Terra: 250 m x 250 m), a partir de los cuales evaluó asuntos de resolución espacial y temporal.
“Cada satélite provee una especie de fotografía con varias gamas de colores, por ejemplo solo rojo o solo verde. Así, con las franjas de color de esa gran
imagen, se hacen relaciones matemáticas que se conocen como índices de vegetación, que luego se comparan con el aforo (medición manual de biomasa) hecho en campo”, amplía Ramírez.
Se seleccionaron estos satélites porque ya hay antecedentes de uso para el monitoreo de cultivos (específicamente para pastos) y porque el acceso a su información es libre y gratuito, por lo cual podría llegar a utilizarse a nivel regional.
Normalmente esas mediciones se elaboran de forma manual. Una persona se encarga primero de realizar una revisión ocular del potrero, después determina
los niveles de las pasturas (si está bajo, medio o alto) y finalmente, utiliza un cuadro, de un metro por un metro, para medir y determinar, mediante regresiones, cuánta biomasa hay por metro cuadrado. A partir de esta información se obtiene el dato genérico del potrero.
Resultados
Tras los análisis, esta investigación determinó que el mejor índice de vegetación es el Apar, el cual relaciona el infrarrojo cercano, con la radiación solar.También concluyó que por asuntos de escala espacial es mejor el satélite Landsat.
“Eso quiere decir que cada pixel de la imagen obtenida representa en campo 30 m en Landsat, mientras que en Modis es de 250 m. La diferencia en el tamaño
del pixel es importante a la hora de hacer el aforo”, explica Ramírez. (Lea: Moringa oleífera, alimento ecológico para bovinos en cualquier época)
Este tipo de herramientas son de gran utilidad en países como Argentina, donde monitorean qué tanto se degradan las praderas y cómo fomentar procesos
específicos para las regiones.
Respecto al caso colombiano, el investigador enfatiza que si bien hay limitaciones como el clima (por estar en el trópico, hay nubosidad y se pierden muchas delas imágenes), se podría llegar a conocer cómo se comportan los pastos en el país a escala regional, datos que actualmente se desconocen por la falta de métodos de medición.