Si usted cree que esta afirmación hace referencia a la situación del país, parcialmente está en lo cierto. Lo invitamos a conocer de qué se trata y puede que luego de hacerlo se lleve una sorpresa.
En Colombia la palabra ‘chumbimba’ tiene 2 connotaciones. La primera hace referencia a la muerte violenta y deliberada de una persona. La segunda, según el diccionario de la lengua, Real Academia Española, RAE, hace referencia a un fruto del chumbimbo, el cual es muy empleado para lavar la ropa.
Sí, para lavar ropa, o como una forma de llevar a cabo el aseo personal. Este fruto tiene un alto potencial para ser comercializado dentro y fuera del país, siempre y cuando sea bajo un modelo sostenible. Varias empresas de Estados Unidos comercializan el jabón orgánico, fabricado a partir de este fruto; inclusive la chumbimba se usa en lavadoras convencionales, con el fin de hacer esa tarea que la mayoría de las amas de casa realizan, también permite ahorrar dinero. (Lea: Maíz pira, más nutritivo de lo que usted se imagina)
Muchos se preguntarán cómo es posible que una fruta, no apta para el consumo humano, sea útil para lavar la ropa. El procedimiento parece ser sencillo. En una bolsa pequeña de algodón se introducen 5 o 6 frutos, se activa el ciclo de la lavadora y el resultado: prendas limpias. Los comercializadores indican que el efecto de la chumbimba es el mismo que el que obtiene con cualquier otro detergente químico, solo que el fruto no contamina las fuentes hídricas.
En el país, ¿hay ausencia de chumbimba?
Científicamente se le conoce como Sapindus saponaria y proviene de un árbol de la familia Sapindaceae, el cual se encuentra en territorio americano, aunque según expertos, este se ha ido dejando en el olvido. Sin embargo, de acuerdo con Investigadores de la Universidad Francisco José de Caldas, en departamentos como Cundinamarca, Huila y Valle del Cauca hay “varios focos” de la especie.
Para Álvaro Ernesto Palacio Peláez, gerente general de la Asociación Hortifrutícola de Colombia, Asohofrucol, la fruta en el país no tiene mucha relevancia, ya que al no estar incluida dentro del listado de las 140 más importantes, pasa desapercibida. (Lea: Produzca agua potable a partir del aire en época de verano)
“No hay ningún trabajo que incentive la cosecha de este árbol y del uso de la fruta. Tal vez para la industria jabonera es importante recuperarla. No se deben dejar desaparecer frutas que tienen beneficios para el ser humano, nosotros no explotamos toda nuestra biodiversidad, nos quedamos en el carbón, oro, minería y lo demás no ha sido importante. Hay que darle chumbimba al país, pero con ideas para el desarrollo rural”, señaló en diálogo con CONtexto ganadero el dirigente gremial.
Los otros usos de la chumbimba
La fruta, de la que hasta el momento se desconocen la cantidad de hectáreas que están destinadas para su cultivo, también puede ser usada para otros productos de tipo cosmético o rural. Tiene uso en perfumería y farmacia (tinturas y emplastos). Debido a su dureza, se ha usado en artesanías para hacer collares y rosarios, y como chibolas o canicas para el juego de los niños.
De la almendra se extrae un aceite que puede quemarse para alumbrado. El cocimiento de la corteza se puede usar como sudorífico y diurético. Las semillas molidas han servido también como barbasco para pescar, y como insecticidas. Por todo lo anterior se encuentra prohibido el consumo humano. (Lea: Recomendaciones para aplicar agroquímicos en su predio)
Su madera se usa para leña y también para carpintería de interior, construcciones rurales, horcones, mangos de herramientas y postes de cerca. Las hojas son de baja palatabilidad para el ganado. Es una planta melífera, por lo tanto era habitual encontrarla en cafetales, orillas de ríos y patios y huertos caseros.
La especie es usada como sombra en cafetales en El Salvador, en cercas vivas, y a veces como ornamental o para recuperación de suelos; también es utilizado por joyeros para codear la plata (método en el que se limpia y lustra la joyería fabricada con plata, con la espuma producida por el fruto de pacun, que es la manera en la que se le conoce vulgarmente).