Apuntándole una producción de carne ovina enfocado al pequeño productor del piedemonte llanero, se adelantó un trabajo de cruzamiento con ovejas criollas (camuras) y reproductores de razas Katahdin, Dorper y Santa Inés, buscando –mediante mejoramiento genético y selección–, mejores parámetros productivos.
Según la FAO (2011), la población mundial pasará de 7.200 millones actuales a 9.600 millones en 2050; que aceleradas por la fuerte demanda de una emergente clase media mundial, las dietas serán más ricas y cada vez más diversificadas, y el incremento de los alimentos de origen animal será particularmente acentuado. Se prevé que en 2050 la demanda de carne y leche aumenten en un 73 % y 58 % respectivamente, en relación con los niveles de 2010. (Lea: Colombianos consumen 500 gramos de carne ovina al año)
De acuerdo al documento del Estado Mundial de la Agricultura y la Alimentación, de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO, 2013), la humanidad debe luchar por la erradicación del hambre, la inseguridad alimentaria y la malnutrición; esta última, cuyas causas inmediatas son complejas y multi-dimensionales. Entre ellas figuran la insuficiente disponibilidad de alimentos inocuos, variados y nutritivos, la falta de acceso al agua potable, el saneamiento y la atención sanitaria y las formas de alimentación infantil y dietas de los adultos inapropiadas.
Las prioridades en materia de investigación y desarrollo agrícola deben incluir la dimensión de la nutrición, con una mayor atención a alimentos ricos en nutrientes como frutas, hortalizas, legumbres y alimentos de origen animal. Debe ponerse mayor empeño en intervenciones encaminadas a diversificar la producción de los pequeños agricultores, tales como los sistemas de agricultura integrada.
La cría de ovinos y caprinos se constituye en alternativa productiva y de seguridad alimentaria para comunidades rurales, principalmente de pequeños productores. Entre las ventajas competitivas del ovino ante otras especies se destacan su rusticidad, selectividad, producción por unidad de área, menor compactación de los suelos y una menor emisión de gases de efecto invernadero comparados con otras especies domésticas. (Lea: Gobierno promueve exportaciones de carne de la cadena ovino-caprina)
Los ovinos y caprinos se han convertido en una importante fuente de ingresos para los pequeños productores gracias a la adaptabilidad de estas especies a topografías y climas adversos con agua escasa y forrajes de mala calidad, siendo fuente de carne y leche. El ovino es hábil para producir carne (en competencia con otros animales de granja.
La necesidad de encontrar alternativas más eficientes frente a la producción de otras carnes, ha hecho que la producción de ovinos comience a adquirir mayor importancia en Colombia, con un total de 1.177.944 cabezas de ganado (ICA, 2013), que paso a 1.578.684 cabezas (ICA, 2018).
Sin embargo, la producción ovina del país se centra en regiones como La Guajira (42.42 %), Magdalena (10.85 %), Cesar (7.93 %) Córdoba (7.1 %), y Boyacá (6.71 %) entre otros. Por el contrario, en la Amazo-Orinoquia y en el departamento del Meta, ha cobrado alguna importancia, porque representan el 4,4 %, y el 2.24 % respectivamente de la producción nacional, según estas mismas estadísticas (ICA, 2018). (Lea: Identifican genes relacionados con la calidad de la carne ovina)
En la Orinoquía colombiana, la producción de carne ovina se realiza en sistemas con baja incorporación de tecnología, en sistemas extensivos, con escaso nivel zootécnico, constituido por animales cruzados y criollos, con poco manejo sanitario, bajos parámetros productivos, repercutiendo en una baja calidad de la canal y la carne. Es frecuente que, en la región, los rebaños estén asociados a otras especies como bovinos, porcinos y equinos. Igualmente, la asistencia técnica en riego, manejo de cultivos y praderas para la alimentación de los ovinos de carne es muy limitada, derivando en pérdidas por mortalidad.
En este proyecto, a partir de una alianza interinstitucional y de grupos de investigación de diverso nivel, se propone desarrollar un modelo completo de producción de carne ovina para sistemas de producción de pequeño productor del piedemonte llanero basado en cruzamientos de ovejas criollas (camuras) con reproductores de las razas Katahdin, Dorper y Santa Inés, buscando, mediante mejoramiento genético y selección, mejorar los parámetros de los animales, tales como medidas ovinométricas, condición corporal (mediante una escala de uno a cinco) (Cruz et al., 1999), y peso, asegurando al tiempo la conservación y mejora del recurso genético criollo.
Al gestionar las mejores alternativas de manejo, reproducción, sanidad y alimentación de los animales se busca potenciar la interacción genotipo-ambiente para identificar los individuos más competitivos que produzcan la mejor calidad de carne en un entorno de uso mínimo de insumos llevando el sistema de producción más allá del simple faenado y ofreciendo para el productor ciertas características de calidad de la canal y de la carne que le permitan ser más competitivo en los mercados.
Por: Darío Cárdenas García
Fuente: Universidad Cooperativa de Colombia.