Los biopesticidas, también conocidos como bioplaguicidas o plaguicidas biológicos, se conocen como microrganismos benéficos para el control de insectos nocivos para los cultivos. En CONtexto ganadero le presentamos cómo funcionan y cuáles puede aplicar.
Una de las ventajas es el uso en cualquier tipo de producciones agrícolas, como frutícola, algodón, papa, caña, hortalizas, palma, café, maíz y forestales. Además, algunos cumplen una función preventiva en la aparición de plagas.
Están hechos a base de sustancias naturales con propiedades para combatir diversas plagas o enfermedades, ya que funcionan como insecticidas, acaricidas, nematicidas o fungicidas. (Lea: Reconozca las problemáticas que se presentan a la hora de usar plaguicidas)
Los más conocidos son los extractos de plantas que muchos agricultores elaboran en sus propias fincas. Este conocimiento no es nuevo, ya que por muchos años se han conocido plantas y microorganismos con propiedades que permiten controlar las plagas.
Según la “Guía técnica para la difusión de tecnologías de producción agropecuaria sostenible”, además de los extractos, también se emplean microorganismos como hongos y bacterias, e incluso insectos benéficos. Algunas recomendaciones que ofreció son:
- Los biopesticidas pueden usarse tanto en monocultivos como en fincas diversificadas y pueden aplicarse en cualquier clima y altitud.
- En su mayoría, los biopesticidas afectan solo a plagas específicas (aunque algunos también son de amplio espectro).
- Cuando se va a iniciar con el uso de biopesticidas en la finca, el productor debe experimentar primero para saber cómo funcionan en su caso particular. Una mayor comprensión de las propiedades y efectos de los biopesticidas empleados ayuda a evitar su uso continuo y sin control.
- Los biopesticidas se deben manejar con los cuidados necesarios, ya que algunos como el extracto de tabaco, pueden afectar la salud y la microfauna benéfica.
- En general y como medida preventiva, para aplicar estos productos es necesario emplear equipo de protección personal.
- Los biopesticidas tienden a trabajar un poco más lentamente que los pesticidas sintéticos y su vida útil en almacén es más corta, por lo que conviene no almacenarlos por tiempos prolongados.
De acuerdo con el documento del Ministerio de Agricultura y Ganadería de Costa Rica, algunas de las muchas plantas conocidas por sus propiedades biopesticidas son:
Neem: Tiene propiedades insecticidas y es la basede varios pesticidas comerciales. Se usa contra áfidos, nemátodos, gusanos de la mazorca, comedores de follaje, barrenadores y mosca del mediterráneo. Su ingrediente activo se halla en las semillas y, en menor medida, en la corteza, hojas y frutos
Cuasia de Jamaica (Quassia): Los extractos de la madera o corteza de Quassia actúan como insecticida natural contra diferentes plagas de insectos. (Lea: Colombia, líder en el control biológico de plagas, afirma investigadora de la UN)
Toronja: Su semilla tiene propiedades insecticidas y se usa como desinfectante en lavado comercial de frutas. Hay productos comerciales a base del extracto de semillas de toronja.
Matarratón (Gliricidia sepium): Se conoce por sus propiedades insecticidas. Las hojas fermentadas o cocinadas se usan como insecticida, y el humo de las ramas quemadas como repelente para mosquitos.
Cúrcuma: Es originaria de India. Aparte de emplearse como condimento, se usa para la protección de cultivos. Es insecticida y repelente contra gorgojos, orugas y gusanos, por lo que tiene gran valor en el almacenamiento de granos. El insecticida se obtiene al pulverizar los rizomas.
Cola de caballo: El hidrolato de cola de caballo es un fungicida botánico completamente orgánico, es obtenido a partir de esta planta (Equisetum bogotense). (Lea: Mal uso de plaguicidas en pastos genera efectos negativos en ganadería)
Plantas repelentes: Existen muchas plantas con propiedades repelentes como la ortiga, la cebolla, el ajo, el chile picante y otras. A nivel comercial existen algunos biopesticidas a base de extractos de estas y otras plantas, pero el productor podría explorar las posibilidades de hacer sus propios productos antes de decidirse a comprarlos. Por ejemplo, si se cuenta con árboles de neem, podría hacer extractos.