La caña de azúcar para panela puede presentar daños debido a hongos (Puccinia kuehnii), bacterias (Xanthomonas albilineans) o virus (virus de la hoja amarilla), los cuales ocasionan desequilibrios y limita el crecimiento del cultivo. Así lo indica una investigación desarrollada por Agrosavia.
“Para que una enfermedad se desarrolle hacen falta tres factores: plantas hospederas susceptibles, patógeno y ambiente favorable. Los virus cuentan con un cuarto factor, los vectores como áfidos para el caso de cañas”, detalla un video de Agrosavia.
Es por esto que el manejo integrado de enfermedades incluye el monitoreo de síntomas e identificación de signos del hongo o bacteria en la planta, pero también el monitoreo de condiciones que favorecen su diseminación.
De acuerdo con Agrosavia, “con los resultados del monitoreo se orientan las prácticas preventivas como el uso de variedades tolerantes con tolerancia a la enfermedad, adaptación a zonas paneleras, uso de semillas sanas, tratamiento térmico con agua o vapor de la caña contaminada, desinfección de la herramienta de corte”.
Una vez se tiene en cuenta el manejo, hay que tener claro el tipo en el cual se presentan estas enfermedades. Según la corporación, estas se dan por medio del tipo foliar, pero también se encuentra el sistémico, pudiendo presentarse al mismo tiempo.
Enfermedades foliares: “El nivel de daño depende de la tolerancia de las variedades y de la zona panelera. Estas enfermedades afectan la lámina foliar y son causadas por la roya café y roya naranja”, como menciona el video a la corporación.
Estas se presentan con mayor intensidad durante los primeros cuatro meses después de la siembra y disminuyen a lo largo del ciclo de la caña. El daño se manifiesta en el envés de las hojas cuando la epidermis se rompe y se liberan las esporas, que por efecto del viento contaminan otras plantas. (Lea en CONtexto ganadero: Así es la vaca lechera ideal para la ganadería colombiana)
Carbón de la caña (Sporisorium scitamineum*): “A pesar de contar con variedades de cañas tolerantes, esta enfermedad puede causar pérdidas económicas cercanas al 70%”, según Agrosavia. El principal síntoma está asociado a la apariencia del ápice del tallo.
Mancha de ojo (Bipolaris sacchari) y mancha de anillo (Leptosphaeria sacchari*): Estas son enfermedades con menor consecuencia económica, pero son usuales en las zonas paneleras y se ven favorecidas por la alta humedad. Estas enfermedades afectan el haz y el envés de la hoja.
Con la mancha de ojo las lesiones tienden a desaparecer a medida que aumentan de tamaño. En estados iniciales, las lesiones se pueden confundir con roya café.
La mancha de anillo es color rojizo, pequeña y circular. Al aumentar de tamaño, las manchas son irregulares y de color café claro con borde rojizo oscuro. “Las hojas afectadas se secan y se desprenden del tallo”, dice Agrosavia.
Muermo rojo (Colletotrichum falcatum*): Esta enfermedad afecta el interior del tallo, iniciando con coloración rojiza que luego se descompone. La planta presenta manchas de este color en la lámina foliar y manchas rojas a lo largo de la nervadura central de la hoja
Enfermedades sistémicas: Entre estas se encuentran:
Cogollo retorcido (Fusarium moniliforme*): Esta enfermedad genera amarillamiento en la base y nervadura de hojas jóvenes seguido de una malformación. A medida que esta avanza aparecen pequeñas rayas o pecas rojas dentro de las lesiones. El daño severo puede ocasionar la muerte de la planta.
Raquitismo de la soca (Leifsonia xyli subsp sily*): “Produce tallos raquíticos entre nudos cortos, con manchas rojizas y forma de coma, así como menor número de tallos por cepa”, describe Agrosavia.
Escaldadura de la hoja (Xanthomonas albilineans*): Presenta estrías continuas en las hojas de color blanco, pero con gran definición. Esta bacteria se encuentra en el sistema conductor de la planta.
Virus de la hoja amarilla (SCYLV*): Genera un amarillamiento en la nervadura de las plantas, así como decoloración de la lámina foliar de la punta hacia la base. Estos síntomas pueden confundirse con desordenes fisiológicos y estrés, además, “algunas variedades no presentan síntomas visibles. Por lo que el diagnóstico debe realizarse mediante análisis especializado de laboratorio”, sostiene Agrosavia. (Lea en CONtexto ganadero: Vacas lecheras resistentes al cambio climático serían posibles, dice estudio)